La misma noche que sucedió el atentado de Markus contra Scarlette, Ajani y su esposa Kenya arribaron a la mansión de Juliette. Por diversos problemas con varios tratados de paz y un par de desacuerdos con los distribuidores y adquisidores de la mercancía que transportaban, tuvieron que viajar a Estados Unidos para hablar con Juliette. La emperatriz tenía a todos introducidos en su nómina limpia. El resort que Ajani dirigía en Botsuana, era propiedad de Juliette bajo uno de sus sellos internacionales. La mujer era la reina de los negocios, por lo que sus impuestos estaban al día y la documentación perfectamente limpia. No podían alegar que lavaba dinero en lugares de entretenimiento, menos cuando durante la sequía del dos mil quince y posteriormente una temporada de lluvias, el resort ofrec