Pov Mauro
Estoy sentado en mi cama pensando como hacer para deshacerme de ella, tengo una información valiosa a mi favor y a la vez no, yo no soy un acosador, nunca he sido bueno de coquetear con una mujer o ser descarado con alguien que ni conozco. Nunca he tenido que hacer nada de eso, no me gusta no soy así, con Evangeline las cosas se dieron naturalmente me gusto desde que la vi, hablamos y nos fuimos conociendo, éramos jóvenes. Un día simplemente todo se dio y la besé, pero es que Evangeline era tan fácil de amar que no puedo decir que tuve que hacer mucho, las cosas entre nosotros se dieron naturalmente, y desde que ella no está aquí, mi cuerpo no reacciona a ninguna mujer, de hecho hasta las evito.
Decidido salir de mi cabaña y voy al comedor, debe de estar ahí y aunque no me guste lo que voy a hacer debo hacerlo y enfrente de todos, eso la debería ofender y hacerla irse. Entro y todos hacen silencio, yo barro con la mirada buscando mi objetivo que localizo sentada sola, me extraña que ninguno se haya acercado a ella. Perdóname amada mía por lo que voy a hacer, te juro que no lo hago con la intención de fallarte todo lo contrario es para evitar caer en tentación, por qué debo aceptar que Alyssa me tienta. Camino decidido hacia ella, veo que todos me miran y si es extraño yo yendo a buscar a una mujer, nunca lo hago, me paro a tras de ella y le hablo tratando de ser coqueto lo más que puedo y con lo único que se me ocurre.
Alyssa, ¿qué haces aquí sola?, una mujer tan hermosa debería estar hablando con los demás o no— es lo que se me ocurre, claro no miento del todo es hermosa eso no lo negaré. Ella vuelve la cabeza en mi dirección y se ve molesta, por qué esta mujer siempre está molesta, parece que odiara al mundo entero, yo le sonrió tratando de parecer coqueto, a como puedo no soy experto— no todos tienen el valor de valorar a una mujer con los atributos y carácter tuyos. Pero yo sí— le digo tratando de sonar atrevido y un patán acosador. Debería funcionar y hago lo que sé que le molesta tocarla. Le pongo una mano en el hombro y aprieto siendo un poco aprovechado, ella me amenazó que no la tocara más, ¿pero qué podría hacer? ¿Enojarse y darme una cachetada?, eso valdría la pena si se va, me agacho y le hablo al oído— yo no le tengo miedo a los retos.
Eso sonó bien, muy bien, me enderezó sin quitar mi mano de su hombro, ella se levanta de su asiento sería, yo me hago para atrás por instinto, ella se queda viendo a todos lados, si nos están viendo todos expectantes de que pasa, eso la debe incomodar, pero algo me dice que no es así. Ya que de pronto llega sonríe al volver a verme de nuevo, que extraña es esta mujer, me mira de forma muy provocadora y descaradamente de arriba abajo examinándome lentamente, con una media sonrisa que se ve muy sexy en ella, mierda en que me metí, doy otro paso para atrás, que planea esta mujer. De pronto empieza a caminar de forma muy sensual moviendo sus caderas y muy lento, yo me desconecto mirándola, se acerca demasiado a mí y pone una mano en mi pecho y acaricia este que está desnudo, ya que ando sin camisa. Pensé que era mejor así para mis planes, pero nada me está saliendo bien. Nada es como lo pensé, miro su mano en mi pecho y luego a ella y viceversa en serio que no entiendo, me dijo que no la tocara eso le molestaba por qué me toca ella a mí. Empieza a bajar su mano lentamente de mi pecho, a mi vientre acariciándome de una forma tan suave, que se siente bien, muy bien, y es tanta mi sorpresa y muy grande al ver mi cuerpo reaccionar a su toque, estoy empezando a tener una erección esto nunca me ha pasado con nadie más que con mi esposa, nunca. Vuelvo a ver ese bulto que se hace en mi pantalón y a ella, pero no logro moverme, el resto de mi cuerpo no reacciona, solo logro tragar saliva, ¿esta mujer me logra excitar?
Así que tu el macho alfa de este lugar no le tiene miedo a los retos— me dice con una voz como retándome, ella me está retando no debería estar molesta sigue bajando su mano que llega a mi faja y eso me pone más nervioso que antes, estamos enfrente de todos ¿qué hace?— te gusta jugar cariño. Dime Mauro, quieres jugar conmigo— me dice en un tomo muy provocativo, me está insinuando que tengamos intimidad enfrente de todos ¿qué está pasando aquí?, ella mira mi erección a medio subir aún y sonríe con malicia, ¿qué está pensando en su cabeza? De pronto hace un movimiento que no me esperaba y me da un golpe seco justo en mi m*****o y duro, carajo que si dio duro, yo me encojo del dolor, esto duele demasiado— pues lo lamento no me gustan los tipos con m*****o de niño.
Ella solo se da media vuelta caminando con la cabeza en alto, con orgullo de lo que hizo, si me la hizo y muy bien. Todos los aquí presentes hacen un sonido de dolor, todos sabemos que eso duele, ella se da media vuelta y me habla muy molesta.
Nunca pretendas jugar conmigo, por qué te enseñaré como se juega cretino, misógino de mierda —yo solo logro volverla a ver, no me puedo enderezar duele, me acaba de golpear y ahora me insulta— te dije que no volvieras a tocarme, la próxima, te corto las bolas. Aquí quien manda soy yo, que te quede claro, que les quede claro a todos— le habla a todos en un tono autoritario y nadie se mueve de su lugar, esta mujer da miedo— No pretendo aguantar faltas de respeto a mi persona, quien intente ponerme una mano encima, quedara castrado y de la peor manera. No quieran pasarse de listos, yo no vengo a jugar a la casita, menos al papá y a la mamá, maduren pubertos del carajo.
Ella termina su discurso con un insulto para todos y se va, esta mujer, no va a ser fácil de deshacerme de ella, viene uno de los que trabajan aquí a preguntarme si estoy bien y yo solo logro sentarme en una banca que está cerca.
¿Mauro estás bien? Eso debió doler— me dice preocupado y que crees obvio que si dolió y duele aún— Es una mujer hermosa, pero qué carácter de mierda. En serio es la jefa ahora, nos va a ir mal a todos si es así —eso te lo puede confirmar mi entrepierna adolorida que si nos va a ir mal— ¿Por qué la estabas provocado? ¿La conoces? ¿Te interesa?
No digas tonterías —le digo a duras penas, me duele la entre pierna y este me pregunta si me interesa la causante de este inmenso dolor— deja de hacer preguntas tontas y tráeme hielo.
Él corre a traerme una bolsa con hielo y yo me la pongo para ver si me ayuda con el dolor, al final no comí, qué hambre iba a tener con semejante golpe.