Al día siguiente: Ayer no podía admitirle a Lucas que estaba nerviosa, pero hoy ya no lo puedo esconder ni siquiera a mí misma. Mis manos temblorosas suben la cremallera de mi vestido color n***o que llega hasta arriba de mis rodillas. Intento tranquilizarme, aunque sea un poco, pero es prácticamente imposible; hoy comienza todo y sólo puedo rogar intentar mantener el control de la situación el mayor tiempo posible. Respiro profundo, me miro al espejo una última vez, y tomo mi bolso para salir de mi habitación. Hoy es el inicio de todo. [...] Estoy frente a este imponente edificio completamente vidriado y en una de las zonas más lujosas de Miami; por afuera todo da la impresión de ser el sitio perfecto para trabajar, pero la verdad es otra. Los negocios que se manejan en este lugar está