04 de abril de 1920 Las manos de Grace acariciaron el pecho de Rafael con toques suaves y curiosos. Aquella mañana ella se había despertado antes que él y se había dedicado pensar en su próximo movimiento. Puede que aquella noche ella hubiera conseguido que él permaneciera en el dormitorio con ella, pero en cuanto despertara, tendría que encontrar una forma de hacerlo desistir sobre el canal. Que su padre hubiera aceptado escucharlo, no quería decir que él estuviera de acuerdo con Rafael para llevar a cabo semejante trabajo. Todavía tenía esperanzas. Sintió como el cuerpo que había bajo ella se tensaba por unos segundos antes de que se relajara. Una respiración algo distinta, como de boca, le aseguró de que él se había despertado. -Buenos días -murmuró suavemente. Los brazos de