DEMIAN
Esa mujer me sacaba de mis casillas, quería ahorcarla, desaparecerla de mi vista, no se por que me atraía, yo un hombre poderoso qué cualquier mujer rogaba por mi atención y quería darme un hijo a como de lugar, ahora secuestrando una mujer que desde ase años me mantuvo despierto por las noches sin poder dormir por pensar en ella, hice todo lo posible por matar a una mujerzuela qué tenía a mi hijo cual mate por no tener nada que me estorbara en mi camino solo por ella, su belleza, su actitud tan fría, sus insultos qué me excitaba y me ponían duro, mi corazón qué latía con adrenalina.
-Estas loco si piensas que seré tu esposa..... Me das asco como hombre, además me importa una mierda tus padres con sus peticiones tan absurdas-.
Su expresión de disgusto y repudio hacia mi era evidente, pero eso no me enojo al contrario me rei de ella, yo era del poder y la ultima palabra aquí.
-Si no te quedo claro, aquí el que manda soy yo, el qué da las ordenes soy yo... -
Sujete su mano y se la mostré, tenía una sortija en su dedo, como simbolo de matrimonio, con mi poder hice qué fuera mi esposa oficialmente cosa que con dinero era fácil para mi.
-Me vale madres qué esta maldita sortija para ti simboliza un maldito matrimonio falso, por que yo ya estoy casada -. Delante de mi se estaba quitando la sortija, me hervía la sangre de la rabia, la detuve sujetando ambas manos y apretando sus muñecas.
-Te juro que si te la quitas.... Yo mismo te perforare el maldito dedo hasta el hueso para que nunca te puedas quitar la sortija....... ¿Entendido? -. Sus ojos se hicieron en grande y ya no se movió, su expresión era de asombro, miedo y duda, me analizaba si de en verdad era cierto lo que decía.
-Eres un hijo de puta..... Maldita porquería de hombre sin sentimientos...... -. Una risita burlona salió de mi, me encantaba cuando me insultaba de esa manera, si fuera otra mujer ya la hubiera degollado y tirado a un maldito barranco o rio pero esta mujer despertaba mis instinto más oscuros y profundos qué me puse duro, jadee de la emoción qué me provocaba de solo pensar.
-Dime más..... Insultame más....quiero sentir tu odio en tus palabras -. Frote mi ereccion en su vientre, me sentía tan cachondo con solo rozarlo , quería sentir su interior, me gustaba por que me envolvía con su calor y más cuando lo metia al fondo de ella.
-largarte a chingar a tu madre pendejo..... Pareces un maldito adolescente en pubertad..... Que asco me das -. Eso me gustaba, sus insultos de esa manera, me importaba un bledo, no me afectaba en nada sus maldiciones contra mi, me quite mi saco y ropa encima de mi, tenía que hacerla mía otra vez, al verme actuar de esa manera se quiso escapar pero la tome del cuello antes de que no escapara, hice pedazos la ropa que traía dejando a relucir las marcas qué deje en su cuerpo, me sentía satisfecho y orgulloso de eso.
-¡¡Maldito idiota suéltame!!...... Que me das ganas de vomitar cuando me tocas y me besas -. Para que más se enojara bese sus pezones con delicadeza, plantando suaves chupetones hasta bajas a su vientre sin quitarle la mirada, quería ver su reacción placentera, se aguantaba por no hacer ruido o gemido pero lo que no sabía es que esta vez sería distinto.