Hunter.
No he sido capaz de dormir bien durante los días siguientes porque en mi mente solo daba vueltas aquella llamada que, por alguna razón, me reservé. No le conté a Mia nada de lo que estaba sucediendo porque no lo entendería, ahora mismo ni yo entiendo por qué hice lo que hice.
Me he estado culpando tanto que me ha comenzado a doler el cuerpo y mi mente ha empezado a pasarme factura por la falta de sueño. Por más que duermo con Mia, como ahora que está dormida sobre mi pecho, con sus tetas al aire y disfrutando plenamente de esta mañana tan fría, lo máximo en que mis ojos se han quedado cerrados fueron quince minutos.
Cuando no puedo más, me la quito de encima lentamente para no despertarla y tomo mi ropa del suelo abandonando la habitación. Podría ducharme aquí, pero no quiero de
