Mia. Me siento tan mal que mi estado de consciencia va y viene durante las primeras horas después del baño. Estoy cansada, débil, demasiado aturdida por la fiebre como para poder pensar en algo, pero me alimento a mí misma con esa última revelación de Hunter, la cual me alegra recordar a la perfección. Nuestra pequeña conversación sacó a la luz algo, un no sé qué diferente, por lo que guardé silencio para enfocarme en mi recuperación puesto que ese tema no parece haber quedado cerrado y se necesitan de dos personas conscientes para charlar. Después de varios paños húmedos, de cuidados, de sopas calientes y un día entero encerrados no haciendo más que dormir, Hunter toma de nuevo mi temperatura la cual está elevada, pero no es tanto como para preocuparse. Suelta un suspiro, lanzando