Hunter.
Salgo con la toalla envuelta en la cintura, el agua corre por mi piel, tengo el cabello mojado y el mal humor que cargo no se marchó ni siquiera después de darme un baño con agua fría.
Llamo a mis padres para saber cómo están, después de hablar por varios minutos terminan colgando porque tienen un turno para una especie de masaje africano que no pueden perderse junto a mis tíos, por lo que vuelvo a quedar a solas en esta casa enorme que no hace más que recordarme lo que pasó.
Pensar en Terry me desespera, cuanto más pasa el tiempo, más me convenzo de que el divorcio es lo mejor que nos podría pasar. No somos compatibles, nuestra vida juntos no ha sido más que un desastre y el que ambos hayamos tenido deslices es el ejemplo perfecto de ello.
No la he llamado. No pienso en ha
