8 de mayo de 2016 Querido diario, Ayer Owen pasó por casa para dejarme un regalo por mi cumpleaños, y no puedes imaginar la emoción que sentí. Fue un gesto tan inesperado, tan lleno de ternura. El colgante es hermoso, una cadena delicada con una media luna y una piedra incrustada que brillaba con tonos azules. Cada vez que lo miro, no puedo evitar sentir una oleada de sentimientos. Lo que más me sorprendió fue lo dulce que fue por su parte, no solo por el regalo, sino también por ayudarme a limpiar la cocina. Realmente parecía que una batalla hubiera ocurrido allí, y él no dudó ni un segundo en ponerse a trabajar a mi lado. Su presencia, su manera de actuar tan natural y atenta, hizo que el día se sintiera especial de una manera muy sencilla pero significativa. Él es tan bueno conmigo,