—Noe, amor… despierta.
Noelia abrió los ojos poco a poco hasta que vio el perfecto rostro de Roy frente a ella, él esbozaba una bella sonrisa que provocó que sonriera por igual.
—¿Qué pasa?
—Son las siete de la noche ¿no quieres comer algo?
Ella se levantó poco a poco hasta que quedó de frente a Roy quién le ofreció un té.— Hasta despeinada te ves hermosa.— Le murmuró.
Noelia se subió un poco la sábana para que no se le cayera del busto, ya que se encontraba desnuda bajo de ella, y tomó la taza.
—Gracias… supongo que sabes que soy fan del té.
—No, la verdad es que no tengo café y sólo quería darte algo caliente, pero ahora que me lo dices.— Y le dio un beso sobre la frente—¿Te das una ducha y pedimos de cenar?
—¿Puede ser algo que no sea pizza?
—Vale, pasta será.— Bromeó R
