Después de lo acontecido en Guadalajara, Noelia regresó al hotel, empacó sus cosas y tomó el primer vuelo a la Ciudad de México para de ahí regresarse e ir a ver a Roy. Era evidente que el móvil no pararía de sonar tan solo se supiera la hazaña y no se equivocó porque tan solo llegó cientos de mensajes de Mafalda llegaron, los que inmediatamente fueron ignorados por ella.
Finalmente cuando estaba a punto de subirse al vuelo de regreso, el nombre de Mafalda salió en la pantalla y ella harta contestó.
—¡Dónde demonios estás! — Le gritó.
—Estoy donde debo estar.— Contestó ella.—
—No, debes estar donde yo te diga.
—Lo siento, pero por esta vez creo que no te haré caso.
—Noelia, tenemos que planear tu próximo libro ¿sabes?
—Próximo libro — Contestó Noelia incrédula.— El nuevo apen
