Bernard e Isabella llegaron al Palacio, el llevo a Isa a conocer a sus padres, Isa estaba muy nerviosa, el la sujeto del rostro, y la vio a los ojos.
- No sé lo que es, no sé si el inmenso amor que siento por ti, pero te he necesitado toda mi vida, tú me llenas de alguna manera con solo estar aquí frente a mí.
Isabella lo veía, ella amaba estar frente a el, y al igual que Bernard, ella sentía algo, que no podía describir, no sabía lo que era, pero necesitaba estar cerca de el, Bernard la llevo de la mano, hasta el despacho de su padre, al llegar tocó a la puerta, Isa estaba nerviosa, no sabía que pensarían los padres de el, si estaban molestos, su estómago le dolía, al entrar y ver a los Reyes, ella se sorprendió, ambos la veían con buena cara, le dieron la bienvenida, la Reina la invitó a sentarse a su lado, Isabella se sintió mejor, pues la hicieron sentir bienvenida, Bernard estaba con su padre, el hombre le pregunto su familia era adinerada, el contestó que no, era extraño, era muy extraño, el color de sus cabellos, de hecho Bernard le comento a su padre que los padres de Isabella, tenían el cabello n***o, así que el Rey se extrañó aún más, pero lo dejo pasar, estaban ahí para conocer a la Joven.
-Valla dulce niña, eres aún más hermosa de lo que Bernard nos dijo.
-Gracias su Majestad, usted es muy bella.
-Y dime, ya te ha explicado mi hijo, lo que quiere hacer, estás de acuerdo con aprender.
-Si, ya lo sé, y si estoy dispuesta a aprender lo que deba, para mí sería un honor poder ayudar a la gente del pueblo.
-Bien, sé que tienes un gran corazón, lo puedo ver en tus ojos.
-Gracias.
El Rey se acercó a ella, y le dio un abrazo, como si la conociera, la hicieron sentir bienvenida.
Isabella comenzó a estudiar con la mismísima Reina, ella era muy paciente con Isa, pero ella se esforzaba en aprender, pues sabía que la Reina tenía obligaciones, y perdía mucho de su tiempo ayudándola.
Bernard estaba emocionado porque Isa se convirtiera en su esposa, ambos se dieron cuenta de que tenían una marca de nacimiento idéntica, estaba en su dedo índice, era como una llama, como el fuego.
Isabella era muy bella, e inteligente rápido comprendió las tareas de las cuales debía encargarse, mientras que Bernard, siempre había sido muy dedicado, el amaba poder salir a los jardines con Isa.
Bernard tenía varias jóvenes muy interesadas en el, pero nunca había mostrado interés, el ya se había hecho a la idea de que sus padres elegirían esposa para el, pero después de conocer a Isabella, todo cambió, sus padres amaban verlo feliz, interesado y preocupado por la Joven, era un cambio bueno en el.
El tiempo pasó, el tan ansiado momento de anunciar que el príncipe estaba comprometido había llegado, las jóvenes al enterarse sentían envidia de esa Joven, de cabellos rojos, nadie la conocía, en la alta sociedad, pero al verla todos supusieron que era una viajera, alguna doncella importante sé otro Reino, pero no Samantha, ella siempre había intentado enamorar a Bernard, ella lo visitaba, era tan molesta a su ver, Bernard había pensado que sus padres lo harían casarse con ella, pues era la familia más reconocida del Reino, Samantha investigó a la Joven, sabía quién era, de donde venía, era un don nadie.
Y Haría lo que fuera por separarla de Bernard, el sería solo suyo.
La fiesta comenzó, se hizo el anuncio de la llegada de los Reyes, y a continuación del príncipe y su prometida, Samantha la veía con odio, la haría pagar por fijarse en el.
El anuncio se hizo oficial, la Joven sería la esposa de Bernard, Isabella estaba feliz, pues todos eran amables con ella.
Bernard se retiró solo un momento a saludar a un viejo amigo, Isa fue a por un poco de agua, y ahí se encontró con Samantha, ella sabía muy bien como humillar a alguien, era conocida por ser muy intolerante y sobajar a las personas que no le agradaba.
- valla, me pregunto que le habrás dado, o hecho a Bernard, para qué terminará amarrado a ti, debe sentir repulsión solo estar cerca de una persona que no es de nuestro nivel.
Isabella no la conocía, no sabía quién era, ni siquiera se había presentado con ella, y aun así era muy hiriente.
-Disculparme, yo no...
-Él será mío tarde o temprano, tú solo eres un pasatiempo, jamás terminaría amarrado a ti, no te equivoques, ni sueñes tan alto.
La joven se fue, triunfante, había logrado herir a Isabella, realmente se sintió tan mal, que decidió irse.
Ella caminó a la salida, su suegra vio la escena, sabía que Samantha no tenía buenas intenciones, así que siguió a Isabella, ella salió al jardín y se cubrió tras un gran árbol, comenzó a llorar, estaba tan triste, que pensaba, alguien como el, como se fijaría en ella, no era como las demás, no venía de una buena familia, quizá era verdad, y ella nada tenía que hacer ahí.
- No debes permitir que nadie, jamás te hiera, tú serás Reina algún día querida, siempre habrá mujeres que traten de intimidante, ahora cuéntame que fue lo que sucedió.
Isabella se giró, la Reina estaba ahí, hablándole, dándole ánimos, ella solo pudo abrazarse a ella, y seguir llorando, la Reina la abrazo hasta que se tranquilizó, Isa le contó lo sucedido, la Reina se enfureció, como se atrevía esa Joven a humillar a su futura nuera, Bernard había estado buscando a Isa, su padre le dijo que había salido al jardín, y después su madre tras ella.
Él fue a buscarlas, y las vio charlando, al llegar vio el rostro de Isa, tan triste, su madre le explicó la situación, lo que Samantha había hecho, y Bernard se puso furioso.
-Quiero que siempre estés segura de algo Isabella, yo siempre te amaré, te volvería a elegir, en cada vida que viva, tú y yo estaremos juntos eternamente, siempre te encontraré, no creas en lo que la gente mala diga, mi amor por ti es tan puro, que ni siquiera te he robado nuestro primer beso, pues quiero que sea algo que tú jamás olvides.