Ver a esos dos hombres encima del techo de la casa, no solo llamó mi atención sino la de varias vecinas que por pura coincidencia tuvieron que salir precisamente en ese momento a comprar algo, aunque ninguna iba a ninguna parte, ni recogió nada, solamente mirábamos embobadas a Franco y Dante, quienes o estaban muy concentrados en la labor, o son felices llamando la atención de las mujeres, porque continuaron como si no pasara nada. Mamma Nelly me encontró en más de una ocasión mirándolos fijamente y apenas mis ojos se encontraban con los de ella, el rubor en mis mejillas no se hacía esperar. Los bambini estaban felices jugando en el mar, corriendo de las olas y recogiendo “tesoros” en la arena. A Nany le improvisamos una cuna cubierta en la playa, junto a Mamma Nelly y la falta d