Capítulo 1.
Arréstame.
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Tengo que admitir, que yo tuve la culpa, mi mirada estaba fija en el espejo retrovisor, las luces azules y rojas me anunciaban que los problemas estaban cerca.
Me miré al espejo y arreglé mi labial con rapidez, en estas situaciones solía usar mi encanto, solo dos veces me habían atrapado y esas dos veces salí ilesa.
Bajé la ventanilla y esperé.
Podía ver la silueta de ese oficial de policía venir a mi, y cuando llegó, sonreí ampliamente, no de forma coqueta, estaba asombrada, era un policía sumamente atractivo, y con ese uniforme, cielos, incitaba a los problemas.
Era un tipo fornido y era alto, la camisa negr*a parecía que iba a reventar en sus brazos, tenía un pequeño radio atrapado en su hombro y una placa dorada a la que solo le pude leer…’Sheriff
