En ese instante era luna llena, y Enzo junto con la princesa Hella llevaban dos días viajando por el mismo valle con aquel gigantesco lago congelado al lado de ellos. El cazador sentía que aquella vista era interminable, es por eso que había decidido continuar viajando durante la noche, porque él deseaba llegar lo más rápido que podía al pueblo que estaba después de ese enorme lago. Sin duda ese era el camino más largo, pero debían hacerlo por seguridad. Ellos se estaban moviendo con tranquilidad, no galopaban con exageración, porque como esa zona era abierta, Enzo podía darse cuenta si los seguían o emboscaban, era imposible hacerlo en ese campo abierto sin que ellos no lo notaran, aparte que se camino hacia Vitra era muy poco conocido. Sin embargo, Enzo no tenía idea que Aeron, el amigo