Pocos minutos después que Lysandra le diera ese veneno a Zander, la mujer se fue de ahí, y el niño comenzó a sentir un dolor indescriptible en su estómago y garganta, al punto que le tuvo que decir a su madre quien podía escucharla llorar: —Mamá… si crees en fábulas fantásticas —murmura Zander comenzando a escupir sangre a causa del veneno —cuando muera, desearía regresar de los muertos, solamente para llevarme conmigo a todos los que nos hicieron tanto daño. Nadia entre llantos le responde: —No digas eso, hijo… —susurra Nadia sintiéndose tan desesperada y frustrada por saber que su hijo agonizaba al otro lado de esa celda mientras ella estaba ahí sin poder hacer nada Sin embargo, la ayuda llegó minutos después cuando la princesa Lain, apareció con su doncella. La niña le comentó todo