Horas mas tarde la lluvia había cesado, es por eso que Zander por cuenta propia comenzó a buscar a Esther por el camino que llevaba la salida de los sirvientes; el lugar donde los restos de la esencia de la pelirroja lo guiaron. Mientras caminaba saliendo de la ciudad, él veía que para ese momento en el suelo lodoso del sendero donde posiblemente Esther se escapó, había demasiadas huellas de caballos y los pies marcados de los foráneos de la ciudad que ya habían estado transitando desde la mañana. El rey chasqueó su lengua porque hacer una búsqueda a pie era absurdo, ya que su humana acompañada por su doncella pudo tomar muchos caminos, y si iban a pie también había un centenar de escenarios que Zander imaginaba, donde el más recurrente era que las secuestraban unos mercaderes, ya que dos