Eran horas de la tarde cuando Zander todavía continuaba buscando a Esther ya que, al terminarse aquella tormenta, el ambiente volvió a tornarse mas seco que antes, por lo tanto su olfato pudo funcionar mejor. Es por eso que él comenzó a sentir dos aromas conocidos, pero tan ligeros en el aire que apenas y podía percibirlos. Sin embargo, ahí estaban presentes con la suficiente fuerza para que él pudiera distinguir a los portadores; se trataba del aroma de Drystan y la doncella de Esther. Mientras Zander caminaba, veía con sumo cuidado las huellas en el lodo, eran aquellas cuando el príncipe heredero y la doncella comenzaron a correr cuando Meredith intentó huir de él. En el instante que el rey descubrió que la doncella y Drystan estaban juntos comenzó a sentir como su ira volvió a consumirl