Cuando la pelea terminó, los juegos dieron por terminados y ahora lo que hacía la ciudad real era festejar en la calle el día de luna llena, mientras que en el palacio era otra historia, ya que se hacía un banquete y un baile con todos los nobles del reino antes de iniciar el plato principal que era el derroche carnal lleno de libertinaje y excesos. Aunque Esther lo deseó, no le permitieron ir al área donde los participantes iban después de las peleas, ya que ella deseaba ver como se encontraba Drystan que había salido bastante apaleado de su pelea con Zander quien también estaba herido, pero no en la magnitud que se encontraba su medio hermano de cabello castaño. —¿Por qué no nos dejan ir, Meredith?, deseo ver como se encuentran. —No se preocupe, su alteza. Ya verá a nuestro rey pronto.