En algún lugar del noroeste del reino de Alistair: La princesa Hella y el cazador llevaban unos tres días viajando. La pelinegra podía ver como todavía no habían salido del norte, fue en ese instante que la princesa asumió que ese humano estaba andando en círculos porque se había perdido, o lo estaba haciendo a propósito, porque ellos habían pasado por varias aldeas para abastecerse, o, mejor dicho, para él abastecerse, como en ese instante, que estaban deteniéndose en un pueblo donde la nieve lo tenía cubierto en su totalidad. —¿Por qué nos volvemos a detener, cazador?, siento que hemos estado perdiendo demasiado el tiempo, el territorio de mi reino no es tan grande como para estar viajando durante tres días sin salir de sus fronteras —se queja la princesa porque él había detenido el ca