Capítulo 4 I Parte

1036 Words
Charlotte habia escuchado suficiente de aquella extraña conversación como para saber que no debia pasar más tiempo en aquel lugar, no solo eso, ella lo vió a él ¿Cómo es que esta vivo? No podía creerlo, casi parecía como si su mente le estuviese jugando una pésima broma, podía recordar perfectamente como se habia incorporado un par de minutos después de que ella hubiese arrancado el puñal de su pecho, lo habia visto con los ojos cerrados en medio de un pequeño charco de su propia sangre, pálido, más muerto que vivo… ¿Y ahora estaba en una lujosa cocina charlando con un hombre parecido a él? Sentia que habia caído por el agujero del conejo y ahora se encontraba en el país de las maravillas, pero desde luego no era nada emocionante, ya podía sentir su cordura tambalearse en su cabeza Echó a correr por un pasillo sin ignorar el lujo en cada centímetro del lugar, la mansión estaba hecha de madera, rustica en su mayoría pero aun asi no dejaba el lujo y la elegancia de lado, vislumbro una puerta al final del pasillo y sujetando con fuerza los pantalones deportivos de hombre que se habia puesto para cubrir su desnudez acelero el paso todo lo que podía hasta llegar a su objetivo —¡Maldición! —Grito cuando giro el picaporte y aun asi este no cedió Estaba cerrado con llave Ese hecho no ayudo en lo más mínimo a la tranquilidad de Lottie, estaba encerrada, totalmente atrapada —¿Eso son mis pantalones? —Dijo una voz masculina detrás y ella salto como un resorte al encontrar a Erian Belcan a solo unos pasos de ella, Charlotte realmente estaba considerando la posibilidad de pedir su renuncia en ese preciso momento —¿Dónde esta mi ropa? —Pregunto ella sin apenas parpadear en su dirección, no se confiaba de él en lo absoluto aunque el hombre en ese momento parecía menos que inofensivo ella sabia muy bien que se trataba de una fachada, podía verlo en los bordes, y a pesar de la situación se permitió tener un buen vistazo de su jefe Nariz recta, pómulos fuertes, labios llenos, una cejas oscuras y perfectas y los que debían ser el par de ojos más hermosos que alguna vez ella hubiese visto nunca y que en ese momento se encontraba observándola con verdadera atención y lo que parecía ser un brillo de… ¿Interés? —Estaba completamente manchada de sangre, tuve que quitártela —Erian se encogió de hombros, quitándole importancia al asunto —Se esta lavando —¿Tu… me quístate la ropa? —A pesar de la situación Charlotte no pudo evitar sonrojarse Él se limito a volver a encogerse de hombros pero ella ya sabia la respuesta —Entonces las historias son ciertas —Un hombre moreno llegó hasta donde se encontraba su jefe, alternado su mirada entre ambos con un brillo indescifrable en su ojos, ojos igual de asombrosos pero diferentes, la pupila era plateara pero el iris de un azul bastante llamativo ¿Ahora estaba de moda usar algún tipo de lentillas? Debian ser un nuevo diseño porque ella jamás habia visto algo parecido en su vida “¿Historias?” Charlotte no sabia de qué demonios estaba hablando, sentia que se habia perdido de algo cuando ambos hombres intercambiaron miradas, pero sobre todo estaba profundamente confundida —Soy Matthew Belcan —El hombre dio un pequeño asentimiento y le ofreció una pequeña sonrisa dejando ver una hilera de dientes rectos y perfectos Asique ambos eran familia, eso explicaba el gran parecido con su jefe, el tal Matthew no aparto la mirada de ella y Charlotte tubo el repentino impulso de apartarse de la puerta —Los dejares solos —Matthew hizo ademan de marcharse y ella como un robot se alejo para que pudiera abrir la puerta, no sabia de donde habia cedido e intento moverse y hacer justo lo contrario pero permaneció inmóvil mientras el hombre cruzaba la entrada, por el rabillo del ojo podía notar que el sol estaba a punto de ocultarse, no habia más casa a los alrededores y le pareció ver algunos arbustos y árboles cercanos al lugar —Debo encargarme de la policía, les diré que estas de vacaciones con tu secretaria, una historia de lo más convincente cuando borre sus recuerdos —Sonrió y ella creyó el atisbo de un pequeño filo bajo sus labios ¿Él les diría eso?¿Un romance con su jefe? Si no estuviese petrificada en su lugar seguro su expresión de notaria la mortificación que sus palabras habian causado La puerta se cerró con un ruido sordo, ella creyó escuchar un mecanismo accionar luego de eso y al segundo la sensación de estar paralizada desapareció, con el ceño fruncido dio un paso hacia la puerta “¿Qué acaba de suceder?” Esa y más dudas se alojaban en su cabeza —Es una habilidad que tenemos —Erian se aclaró la garganta —Perdona a mi hermano, en su mente es más fácil pedir perdón que pedir permiso… Aunque casi nunca se disculpa la verdad Charlotte lo miró y trago saliva, necesitaba respuestas pero no estaba segura de quererlas del todo —Se que tienes muchas preguntas en este momento, será un placer responderlas —Aseguró él —Debes tener hambre, parte de tu debilidad es porque no te has alimentado, sígueme. Y ella lo siguió como un corderito detrás, no sabia que otra cosa podía hacer, sentia que él era el único que podía iluminar todo el caos en su cabeza de alguna manera y en honor a la verdad lo más la palabra “comida” salió de sus labios su estomago empezó a quejarse —¿Cuánto tiempo llevo aquí? —Pregunto recordando el par de cicatrices pálidas en su pecho, regresaron a la cocina y él le hizo un gesto para que tomara asiento en uno de los taburetes de la brillante encimera de granito —Casi medio día —Respondió él sin ninguna emoción en su voz y sin darse cuenta que su respuesta habia sido como si una cubeta de agua helada le fuera caído encima
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