Charlote puso los ojos en blanco al tiempo que abría la puerta La casa estaba aparentemente en silencio, sabia que era de día porque habia una cortina al final del pasillo que alguien habia dejado entre abierta y dejaba que unos pocos rayos del sol iluminaran el lugar, a pesar de que la mayor parte de la casa estaba hecha de madera por donde quiera que veía también habían detalles en cristal, lo que parecía ser vidrio impreso templado con un diseño un tanto borroso pero que permitía que la luz del exterior iluminara un poco el lugar “¿No se supone que los vampiros odian la luz del sol?” se pregunto Con sus pies descalzos sobre la brillante madera camino hacia la cocina, esperando encontrarse con su anfitrión pero la encontró también sola, su estomago se quejo recordándole que no habia