Capítulo 4 III Parte

1091 Words
—Lo es —Contesto él sin la más mínima emoción, su tono serio y duro no dejaba lugar a la burla y ella tuvo que tragarse la risa que amenazaba con escapar de sus labios, y se obligo a recomponerse como podía Aunque su respuesta no dejaba de ser hilarante —Debería saberlo el mundo entero ¿no? Digo, eres la fuente de la inmortalidad en realidad, eres una mina de oro para los científico ¡Qué va! El mundo en general —Charlotte se tuvo morder la lengua para no romper a carcajadas en ese momento —Aunque no lo parezca vivir por tanto tiempo puede ser demasiado angustioso, lo más increíble llega a aburrirte, incluso la comida, ver a las personas a las que les tienes cariño morir no es lo mejor, créeme —Erian suspiró —Además, también es una gran responsabilidad, no todos pueden ser convertidos. Charlotte trago seco, él hablaba como si todo lo que saliera de su boca no fueran más que solo disparates ¿y esperaba que ella le siguiera el juego? ¡Ni hablar! —Es bueno saber que no estoy loca —Murmuró ella mientras se levantaba de su asiento lentamente, midiendo sus propios movimientos —Claro que no lo estas —Él desvió la mirada y agregó—Hay un porque detrás de todo esto, un verdadero motivo, hay mucho más que necesitas saber de ahora en adelante “¿Ah, si?” ella no estaba muy segura de eso, por lo que podía ver Erian Belcan era toda una cajita de sorpresas, el hombre estaba de atar y para mandarlo derechito al psiquiátrico, era una verdadera lástima que siendo tan guapo, atractivo y brillante estuviera completamente mal de la cabeza “Nada es perfecto” pensó y suspiró —Claro—Murmuró ella y Erian no paso desapercibido su postura rígida y el tono irónico en sus palabras, la forma en como miraba todo en busca de una salida de escape —¿Realmente piensas que todo lo que te digo es mentira? ¿Una broma? ¿Qué estoy loco? —Erian adivinó y al ver el reconocimiento en sus ojos tuvo las respuestas a cada una de sus preguntas —Es increíble —Lo bueno que es la loca no soy yo —Charlotte no pudo evitar que las palabras escaparan de sus labios y se dio cuenta de su error hasta muy tarde, aun asi intento disculparse —Lo siento Suponía que ya no haría falta que le enviara su carta de renuncia, las cosas seguirían su curso cuando lograran internarlo en un hospital psiquiátrico, a lo mejor lo único que necesitaba era de la atención médica adecuada —Te demostrare que lo que te digo es cierto —Gruñó al tiempo que abría un mini refrigerador en la esquina, este tenia una especie de pantalla táctil a un lado, como si no fuera suficiente el hecho de ya sabia que era un hombre rico ahora demostraba que contaba con una buena tecnología avanzada. Tardo apenas unos segundos en escribir el código en la pantalla antes de que tuviera acceso al contenido y extrajo una bolsa de sangre Ok, el hombre también estaba equipado por si llegaba a sufrir de alguna hemorragia o anemia, bien por él Antes de que ella pudiera decir algo el abrió la boca y observó con una mezcla de fascinación y horror como sus colmillos superiores se iban alargando hasta rozar su labio inferior, apenas tuvo un atisbo del brillo de su filo antes de que estrellara la bolsa de sangre contra el par, para su sorpresa en cuestión de segundos esta estaba completamente vacía y él la dejó a un lado retrayendo lo colmillos —¿Un jodido vampiro? —Charlotte hizo una mueca ¿Qué habia hecho con la sangre? —¿Esa es la explicación detrás de la cura de la mortalidad? Antes de que él pudiera abrir la boca ella lo interrumpió —Desde luego son algún tipo de prótesis o como sea, estoy bastante segura de que alguien podrá ayudarte con tus… problemas de vampirismo —“Supongo que alguien no supero crespúsculo” —Realmente necesitas distinguir la realidad de la ficción, si el loco con una estaca también es tu amigo pues ya encontraste compañero para ir al psiquiatra Erian tenia que reconocer que la pequeña mujer era muy buena refutando cada cosa que él le decia, todos sus argumentos, incluso ahora estaba buscándole una explicación a lo que acaba de ver, tenia que halagar su inteligencia y perspicacia aun asi se estaba quedando sin opciones para enseñarle la verdad, revelarle su secreto, si sus sospechas eran ciertas… Ella era su compañera Chasqueó la lengua y una idea apareció en su cabeza, ya con esta última demostración no podía quedarle duda de lo que realmente era —El termino vampiro no tiene nada que ver con nosotros, se cree que son algún tipo de demonios, alguna que otra leyenda folclórica en algunos países, una criatura de la noche, sin alma y sedienta de sangre, realmente no podria estar más alejado de mi verdadera naturaleza—Erian encontró un afilado cuchillo de cocina —Pero también los inmortales tenemos algo en común con esa leyenda, por eso es más fácil que se nos aplique el termino de “vampiros” Él la miró esperando su reacción pero Charlotte solo tenia ojos para el cuchillo en su mano, entonces parpadeo y trago saliva intentando sonar tranquila —¿Qué haces con eso? Podrías lastimarte o lastimar a alguien —No te preocupes por mi —Murmuró Erian al tiempo que detenía la hoja del cuchillo sobre su antebrazo —Es la única forma de que realmente me creas Charlotte no podía entenderlo, él realmente había enloquecido —¡Oh, mierda! —Exclamó cuando la hoja afilada corto la carne de su antebrazo, fue un corte limpio y la sangre no tardo en brotar de la herida, Erian ni se inmuto —¡¿Qué hiciste?! —Grito ella corriendo a su lado para poder detenerla la hemorragia pero se detuvo al enfocarse en su herida Esta lentamente empezó a cerrarse, capa por capa, el proceso no era demasiado rápido o lento, podía ver perfectamente las capas de la piel volverse a unir y el sangrado se detuvo, a los pocos minutos apenas quedaba una línea pálida en el lugar donde se habia hecho el corte, Charlotte estaba congelada en su sitio, incapaz de hablar o de moverse
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