CAPÍTULO VEINTE Con Ruth en sus brazos, Caitlin voló junto a Aiden por encima de los campos. Miró hacia abajo y vio cómo cambiaba el paisaje. En un primer momento, habían volado sobre la costa y había visto las olas, los acantilados y playas mágicas; luego habían doblado hacia la tierra, y el paisaje cambió a colinas, luego a bosques. Era una parte totalmente nueva de Francia, una que Caitlin nunca había visto, y no podía creer lo grande que era ese país, era interminable. Mientras volaba, Caitlin se sintió desgarrada por emociones contradictorias. Por un lado, estaba feliz de estar junto a Aiden, al lado de alguien que conocía y confiaba, alguien que, sabía, no la abandonaría. Estaba emocionada de ver donde la estaba llevando y contenta de comenzar su entrenamiento y retomar su misión.