Harry —¿Por qué la cara larga?—la pregunta de Melissa me hace levantar la cabeza viéndola sentada en las pequeñas escaleras de nuestra casa. Estoy en el jardín intentando arreglar la bicicleta de nuestro vecino, pedido por su madre, una mujer que siempre que puede me trae pasteles. —No tengo nada—respondo arreglando la pieza en malas condiciones que tenía y tuve que quitarla para poner otra. —¿Seguro? Porque lo que veo es una cara de cabreo—responde pareciendo divertida—déjame pensar en qué podría cabrear a Harry Evans—ruedo los ojos tomando un pañuelo que ella me tiende para limpiar mis manos. —¿Te crees muy graciosa?—todo lo que hace Melissa es reír. —¿Qué pasó con nuestra nueva amiga?—pregunta—pensé que luego del concierto la vería más seguido y ha sido todo lo contrario. No la