Llegaron a un aeropuerto privado, propiedad Ferguson. Vlad tomó a Matías en su brazo derecho y de la otra mano a Samantha hasta ir juntos a los asientos. En todo el trayecto los guardaespaldas los resguardaron siguiendo las órdenes del señor Adams y de Cirius encargados de protegerlos. - Va a hacer un viaje largo, es mejor que ambos duerman, yo les avisaré cundo lleguemos. – dijo Vlad mientras dejaba a Matías en uno de los asientos. - ¿No piensas descansar? – preguntó Samantha al sentarse junto a su hijo. - Yo jamás duermo en los viajes, necesito estar prevenido ante cualquier cosa. – respondió y se sentó frente a ellos. Samantha quería preguntar algo más, pero primero tenía que entenderlo y entender a qué le teme. Ella estaba dispuesta a ayudarlo durante el tiempo que durara el ma