- Samantha. – dijo el señor Miller acercándose a ella. Samantha ya se había cambiado de ropa y estaba más que lista para macharse. – no sabía que modelabas. - Ni yo. – respondió con gran empatía ente el hombre. – mi amiga Darla me lo ha pedido al quedarse sin su modelo, yo tuve que sustituirla en último minuto. - explicó. - Me pareció una gran idea, una de las mejores por cierto. A pasos grandes salía Vlad acompañado del señor Adams, pasó por donde ellos, asintió cuando sus ojos se posaron con los de Samantha y fue para su coche. - Le ha encantado. – dijo ella en voz baja tras verlo. - ¿Cómo lo sabes? – preguntó el señor Miller. Él sólo observó una mirada molesta y dura tal cual una piedra. - Asintió, por lo poco que lo conozco es una forma de expresarse ante algo que le agrada.