Samantha estaba diseñando nuevos proyectos en la Tablet, observó para la oficina de Dante y no lo vio. Él jamás llegaba tarde, sé preguntaba si estaba relacionado con la llamada de anoche. - “Samantha ¿Podemos hablar? – dijo, su voz se escuchaba ebria y hasta algo ronca. - “Lo siento señor Mickelson, pero si no es de trabajo no hablaré con usted”. – respondió ella bastante cortante. La decisión de romper lazos con Dante era un hecho. - “Es sobre nosotros” Samantha guardó silencio por unos segundos y mordió su labios inferior. - “Estoy cansada, tengo mucho trabajo que hacer. – respondió. – buenas noches, señor Mickelson. – dijo y colgó”. En otros tiempos esa llamada se hubiera significado mucho, pero ahora era tan común como cualquier otra, ahora era molesta y hasta esperada.