- Lo siento mucho, señor Mickelson, pero ella perdió el bebé, fue un aborto espontaneo. – dijo la doctora. Dante asintió con mucha tristeza, ya amaba a ese niño y de un momento a otro se fue. Se levantó de la silla y fue a ver a Haidy. Al llegar la encontró hecha un mar de lágrimas y decidió sentarse a su lado para consolarla - Se fue, Dante, se fue. – decía en llanto. – nuestro hijo se fue, lo siento mucho, perdóname. No debí salir después de que me dijeron que algo así podía suceder, perdóname por favor. – se aferró a él y se escondió en su pecho. - No es tu culpa. – besó su frente. – es culpa de Samantha por haberte agredido, esa mujer, esa mujer. – apretó sus puños sintiendo cada vez su odio crecer. - No, tampoco es su culpa. No sabía mi condición de un embarazo riesgoso, la cu