Ese mismo día me puse acomodar mi vestidor y las pocas cosas que traje, caminé a sacar las fotos de mi familia y las coloco en mi espejo del cuarto. Los veo gran rato y de pronto se abre la puerta.
—Corqui ¿Estas lista para irnos de compras al supermercado? —se le veía más animada y eso me hizo sonreír.
—Dame cinco minutos, para cambiarme la blusa y lavarme los dientes.
—Solo cinco... —se va cerrando la puerta.
Me pongo una la blusa morada flojita de seda y me lavo los dientes, me maquillo un poco, me dejo el pelo suelto y me echo colonia Chanel “mi preferida”. Tomé el bolso y salgo a la sala donde me está esperando Bianca con cara de pocos amigos.
—Siempre duras tanto—se encamina a la puerta de salida.
—No seas exagerada Bica, vamos compramos comida y venimos— puse los ojos en blanco.
—También para salir a tomarnos una copa—dijo guiñando un ojo y cerrando la puerta.
—¿Cómo se supone que haremos eso? —pregunte sarcásticamente— Si somos todavía menores de edad.
—Nada que unos buenos vestidos solucionen eso.
Ni caso le hice, no me puedo ni imaginar que es que nos saquen de un lugar.
Llegamos al supermercado, y compramos lo necesario para toda la semana, porque no había tiempo entre la semana para eso. Cuando íbamos para la casa Bica conectó su iPhone en los altavoces de mi “Berta”, así es como le puse a mi mini y empezó a soñar Girls Just Want To Have Fun —Cyndi Lauper y así de simple nos pusimos a cantar a todo pulmón. Bajamos las pesadas bolsas y nos dirigimos al ascensor, el guarda no ayudó a subirlas y Bianca no dejaba de sonreír como el gato Cheshire y yo le puse los ojos en blanco, ella todo lo toma a mal. Sí debo decir que es joven y muy atractivo, pero no me interesa en lo más mínimo los hombres. Dejó las bolsas en la puerta y nos sonrió a ambas y se fue.
—Debes admitir que está para chuparse los dedos Corqui—dijo mientras buscaba en las bolsas los vinos que compramos. Sacó y buscó dos copas— Si yo no estuviera tan dañada le diría…
—No le diría nada —saque las cosas que van a en la refrigeradora—. Además, no estás dañada, estás enamorada, son cosas distintas.
—¿En el mundo de quién? —preguntó con su copa en la mano y le dio un trago.
Sigo sacando las cosas y ella solo me ve, esperando mi respuesta, la vuelvo a ver.
—Tu sabes que él te ama Bianca—quise dejarle en claro— Solo que él quiere que tú sigas tus sueños, eso es todo.
—¿Dónde cabe aquí esa mujer Abigail, con él que lo vieron? —se le cortó la voz.
—No, creo que sea alguien importante —le aseguré.
Acomodé todo de una vez, hasta los vinos que compramos, mientras ella seguía dándole vueltas al asunto.
—¿Cómo lo sabes Alycia? —Sé que ella quiere seguridad así que se la daré.
—Ethan te ama—me le quedé viendo— Ahora que lo pienso ¿Por qué dudas tanto él?
—Es que… — empezaron a caerle lágrimas—¿No lo ves? Es tan atractivo, muy guapo, musculoso y todas las compañeras del trabajo lo desean, que no puedo soportar saber que está solo Aly—se limpio las lagrimas.
De verdad que está sufriendo, pero se que él está igual, él fue su primer hombre y Ethan era muy posesivo con ella. Se que está igual, pero lo entiendo.
—Es horrible, no vuelvas a decir eso de mi hermano nunca más —sonrió y eso me gusto— Date tiempo, y Bica disfrutemos el estar aquí sin nada de hombres.
Asintió con la cabeza y su cambio de tema me sorprendió.
—Corqui, ahora fijo si salimos—dijo más convencida que nunca— Necesito una distracción.
—Claro, que sí—digo sonriendo como tonta— Aunque espero que no nos hagas pasar una vergüenza.
—Esa sería nuestra primera aventura, sacarnos de un bar y la segunda es nada de hombres— guiñando un ojo y yo sonreí felizmente.
—Así se habla Bica.
—Whatever, Corqui— lo dice sarcástica.
—No quiero música corta venas Bianca.
Me volvió a ver sonriendo con suficiencia y eso me dejó en claro que lo iba hacer, Bianca puso en los altavoces Broken Hearted girl—Beyonce. Sabía que mientras se está dando un baño está llorando por mi querido hermano mayor.
Ella toda la vida me ha dicho Corqui ya estoy más acostumbrada, cuando me dice mi nombre me siento horrible, es como si me regañara y se que lo dice de cariño. Mi amiga es muy guapa, tiene una piel morena, su nariz bien perfilada, una cejas perfectas, ojos de color castaños oscuro, el cabello lo tiene largo hasta la cintura, lacio arriba y colocho en las puntas, una sonrisa bellísima con un cuerpazo, mide metro sesenta y cinco, de verdad ella no tiene nada que envidiarle a nadie, por eso mi hermano cayó rendido a ella desde los 16 años de ella y él tenía, bueno tenias sus buenos años, por eso su relación fue en secreto, todavía no puedo creer que nuestra familia, ni la de ella se dieran cuenta de eso. Lo que me encanta de Bianca es su personalidad siempre ha sido muy extrovertida, jamás se deja de nadie. Ella es lo contrario a mi, yo soy de piel blanca, mi nariz también es perfilada, me encanta mis cejas, tengo el cabello largo hasta la cintura, pero es totalmente lacio y color n***o como el de mi madre, mis ojos son de color miel como los de mi padre, mido metro sesenta y soy al tímida. Salgo de mis pensamientos, mientras veo que Bianca abrir mi puerta y muy lista. Se puso un vestido de encaje n***o y el forro es de color menta pegando al cuerpo unos zapatos altos de quince centímetros color negros y tres hebillas al frente, se ve demasiado sexy, que si mi hermano la vieras le da un infarto. Cuando me doy cuenta Bianca me está viendo raro ¿Qué le pasa? ¿Qué tengo? ¿Por qué me ve así?
—¿No creo que vayas a salir vestida así? Alycia—me dice señalando me de arriba a abajo con un dedo
—¿Qué tiene de malo? Bianca—me hago la tonta.
—Vamos por unas copas y vas a salir vestida igual, que cuando fuimos al supermercado, simplemente no me gusta, no es un atuendo con el que debas ir Corqui, además dije vestidos sexys, para que nos dejen entrar.
—No me hagas reír Bianca ¿Lo dijiste en serio? Nada que ver, yo no me voy a poner algo como lo que usted lleva puesto—dije señalando su vestido.
—Pues, malo para ti, porque si te lo vas a poner, ya te traigo uno de mis vestidos.
—Bica en serio no, yo estoy bien así.
Cuando la veo viene con un vestido más corto y n***o, me quedo viéndola, si ella piensa que me voy a poner ese puto vestido, está equivocada.
—Si piensas que me voy a poner eso, estás equivocada Bianca no—negando con la cabeza.
—Si te lo vas a poner y punto. Muévete que se nos hace tarde y no quieres que me vaya sola por ahí despechada ¿verdad?
—Qué horror contigo y tus manipulaciones— agarre el vestido de mala gana y me voy al vestidor a cambiarme.
Cuando salgo Bianca me ve con una gran sonrisa y me dice
—Te ves radiante, tienes unas curvas tremendas. Siempre lo he dicho, tienes un cuerpazo de infarto Corqui, no sé cómo no andas siempre así, hasta las piernas se te ven bellísimas, ven para quitarte el sostén —abro los ojos como plato, ella de una vez nota mi cara y me dice — Nada de eso, te ves hermosa y no tienes los pechos caídos, así que no tienes nada que avergonzarte y vayamos a buscar unos zapatos.
Mejor me quede callada la verdad la veo muy emocionada y eso me hace feliz, aunque me sienta su ratón de laboratorio.
Me miré al espejo y casi no me reconozco, me maquillo muy bien, me dejo el pelo suelto, me puse unos zapatos grises del mismo tamaño que los de Bianca, pero los míos son cerrados completamente y el vestido es al cuerpo con unos huecos con figuras en el cuello y por los pechos.
—Bica ¿De verdad no se me ve nada con este minivestido? —digo señalando la ropa.
—No para nada Corqui, jamás dejaría que te pusieras algo así, te ves bella. Ahora sí vamos.
—Mejor nos vamos en taxi, por si nos pasamos de copas Bica.
—Aja, claro mejor.
Bajamos y nos montamos aún Uber que él guarda nos ayudó a llamar, después de esperarlo casi 20 minutos.
—Nos lleva por favor al club que está a unas cuadras de la Universidad Georgia State —dijo muy decidida Bianca.
—Sí señorita.
Cuando llegamos estaba un poco lleno, mientras hacíamos fila, unos hombres muy atractivos se nos pusieron a la par y sonrieron.
—¿Necesitan entrar rápido? —preguntó uno de ellos.
—Sí amigo—contestó Bianca devolviéndole la sonrisa.
—Pasen primero mis bellas damas—dijo él mismo hombre.
Volví a ver al otro amigo y estaba viéndome muy serio y yo me sonrojé, quité la mirada rápido, cuando entramos la música estaba sonando a todo volumen Animals—Martin Garrix, buscamos una mesa con la mirada, y no había desocupadas, entonces nos fuimos a la barra a buscar donde sentarse, pero tampoco había nada, el bartender se nos acercó.
—Señoritas ¿Qué desean tomar?
—Por favor dos cócteles Cosmopolitan—sonríe al bartender
—Claro, ya se los traigo—guiñando un ojo
—Bica por favor deje de estar coqueteando con ese hombre.
No podía ni imaginar a Bianca con otro hombre, sé que sueno egoísta, pero no es así.
—Es solo para que no nos pidan la identidad Corqui.
Así me sentí bien hasta que los hombres que nos ayudaron a entrar se nos pusieron atrás y se los señaló con los ojos y ella capta de una vez y se hace la disimulada.
—Hola Señoritas.
Yo no vuelvo a ver, pero Bianca sí, ella los saluda muy amablemente.
—Hola chicos—con una sonrisa de Cheshire, mostrando todos sus dientes—Gracias por lo de antes.
—No hay problema—él le devolvió la sonrisa—¿Por qué están tan solas, unas jóvenes tan bellas? —dice el mismo que siempre habla.
Cuando de pronto se acerca el bartender para tráenos las bebidas.
—Aquí tienen señoritas—con un gesto amable y sonríe cuando se va.
Yo agarro mi copa y empiezo a tomar, con tal de no hablarles a esos hombres.
—Es que somos nuevas por aquí —contestó mi amiga.
Yo le hago una cara de molesta a mi amiga y ella me ignora.
—Aja ¿De dónde son? —pregunta el otro, y siento que no me quita la mirada, y al escuchar su voz me erizó toda. No debería verlo, pero es tan inevitable que me quedo en Shock de lo atractivo que es, su cuerpo a simple vista se ve en buena forma, porque tiene unos brazos muy marcados, su cabello es un poco corto, lleva una barba de dos días, su nariz es perfilada y bastante linda, son sus ojos los que me tienen hipnotizada, es de un color azul como la gema zafiro, no quiero verme ida por él así que quito la mirada y trato de concentrarme en tomar mi bebida.
—De Birmingham, pero nos venimos para acá a estudiar, la otra semana entramos a la Universidad—dice Bianca muy orgullosa.
De pronto empieza a sonar mi móvil y veo que la pantalla sale el nombre “papá”, necesito salir a contestar.
—Bica voy a salir un momento ya regreso.
Y salgo del lugar dejándola con dos desconocidos, bueno digamos que ya no tan desconocidos, porque se ha decidido a contar toda nuestra vida. Debo buscar un lugar donde contestar, alejándome donde casi no hay bulla, pero es como imposible, así que me acercó al tocador de las mujeres y me encierro en un cubículo.
—¿Hola, papá? —me tapo el otro oído.
—Hola Cariño, ¿Cómo estás? yo hace ratos llegué, pero me acosté un rato a descansar y cuando me desperté decidí llamarte —me emociono de escuchar su voz.
—Bien papá ya nos acomodamos gracias, más bien fuimos al supermercado a comprar la despensa de la semana y ahorita salimos a comernos algo a un restaurante—estaba muy emocionada, todavía no me acostumbro a tenerlo tan lejos.
—Bueno que dicha, tengan cuidado ya es muy tarde, escucho música muy fuerte.
Ignoro su comentario de la música.
—Claro papá, no te preocupes ahorita nos vamos. Te amo buenas noches besos a todos.
—Igual mi muñeca, buenas noches, mañana te llamo. Te amo.
Termino la llamada y me dirijo a salir, pero siento por detrás unas manos en mi cintura. Me quedo congelada, y me dan vuelta y quedo de frente al hombre que tiene esos ojos tan hermoso color zafiro, soy prisionera de ellos, suelta una mano y roza con sus nudillos mi mejilla derecha y gruñe. Eso hace que me asuste, pero lo increíble es que no quiero que me suelte, mi cuerpo reacciona a su caricia y acercó mi cabeza para que le sea más fácil, él acerca más su cuerpo al mío y escucho su respiración acelerada, yo me siento igual que él, se agacha y acerca sus labios a los míos y yo me dejo ir como una polilla ida por la luz.
El beso empieza despacio, solo probando mis labios y yo se lo devuelvo, sacando mi lengua y pasarla por sus gruesos labios, él gruñe y así de fácil se deja caer en mis redes, me da un beso desesperado como necesito. Me besa fuerte y duro.
—Eres tan hermosa—susurra entre besos.
Nos estábamos besando desesperados y debo decir que jamás había besado a alguien.
—Necesito irme—dije entre besos.
Sabía que tenía mis labios hinchados.
—No lo vuelvas hacer—dije apartándome de él.
Sonrió muy arrogante y eso me dio demasiada cólera conmigo mismo, por dejarlo hacerme esto, así que me di media vuelta y me fui.
Yo empiezo a respirar como si hubiera corrido un maratón, no pienso volver a ver atrás porque sé que viene detrás de mí, llegó donde había dejado a Bianca y escucho un grito en medio de la música alta y veo a Bianca en la zona VIP con el hombre que acompaña a este. Me dirijo hasta dónde está mi amiga con otro chico que no había visto.
—Aly ¿Por qué ha durado tanto? ¿Por qué vienes como si hubieras corrido? —ve detrás de mí y suma dos más dos.
—Nada era solo papá—sonreí y le rogué con la mirada que no pregunté más.
—Qué bueno, ahora sí…—señaló a los 2 hombres en la mesa, me senté a su lado, agarré el nuevo Cosmopolitan que estaba en la mesa y le di un gran trago— Te presento a estos caballeros que nos dieron permiso de estar aquí.
Sonreí lo más falso que pude.
—Matt y Ashton—volvió a ver al otro hombre, y Bianca se pasó la lengua por los dientes y se dio cuenta de porque tengo los labios hinchados— Ella es Alycia.
—Mucho gusto chicos.
Todos empezaron a hablar de su vida durante un gran rato, hasta que empecé a sentirme incómoda porque joven misterioso no dejaban de verme, parecía un halcón vigilándome y maldiciendo, cuando nos llegaban nuestras bebidas de otros hombres, hasta que nos cansamos y decidimos irnos.
—¿Están seguras de que no quieren que las llevemos? —preguntó Matt.
—No para nada—dijo Bianca— Más bien llegó nuestro Uber.
—Fue un placer conocerlas, ojalá podamos quedar.
De verdad que no quería arruinar el momento de ligar de mi amiga, pero me cegaron los celos de cuñada y lo eché todo a perder.
—Lo siento amigo, pero mi querida cuñada no está disponible.
Sonreí viendo a mi amiga arder en su interior y arruinando su ligue con semejante hombre.
—Nos vemos luego chicos.
Salimos a toda prisa, yo porque deseaba irme de esa mirada y Bianca porque quería llegar a la casa a matarme, lo peor tenía razón. Al llegar a la casa sanas y salvas salí disparada para mi habitación a darme una ducha, pero no me doy cuenta de que Bianca viene detrás de mi furiosa.
—¿Por qué lo hiciste? —pregunto molesta.
—Porque sabía que te ibas a arrepentir Bica— trate de justificarme, aunque sabía que era en vano.
—No tienes derecho—sus lágrimas estaban saliendo— Pero gracias, porque en todo momento no dejé de pensar en él, que iba a entrar por la puerta del bar para sacarme y no fue así.
Y vi que de verdad está sufriendo, y eso que no llevamos ni un día aquí, la abracé y nos dejamos caer y ella lloró como una ebria que extraña a su ex. Pero lo que me sorprendió es que no lo llamo como hacen siempre las locas que están enamoradas.
—Me envió un mensaje— dijo sollozante—¿Quieres leerlo?
Asentí con la cabeza y me entregó el iPhone y me puse a llorar con ella, porque sabía que era cierto.
*Te extraño mucho, mi amor. Me vuelve loco pensar que
otros hombres te van a ver. Prométeme que eres y serás mía por siempre Bianca y te prometo que seré tuyo por siempre, porque no hay nadie ni lo va a ver hasta que decidas que sea yo.
Tu hombre favorito, que te ama.
22:10
Ethan. *
—¿Qué piensas contestarle? — Hasta la pregunta fue tonta porque ella ya le estaba contestando.
*Siempre tuya mi amor y te lo prometo que jamás
va a haber nadie más que tu guapo mío. Te extraño
más, buenas noches te amo ❤️
1:50
Bianca. *
En eso empezó a sonar su teléfono, y así supe que era nuestro momento de levantarnos y ella se marchó hablando con mi hermano.
La noche no terminó siendo mala, pero ahora no dejaba de pensar en esos ojos color zafiro y su sonrisa arrogante. Me di un baño, me puse mi pijama, me lave los dientes y me fui a dormir, al principio no podía dormir daba vueltas por la cama pensando en lo que hubiera sucedido, si me hubiera dejado llevar por sus besos y eso me hace caer con una sonrisa.