El lugar es una esfera y está rodeada toda de cristal y desde aquí se ve Atlanta. Una vista preciosa, tiene una iluminación perfecta. Nuestra mesa es bastante elegante, es de madera oscura y las sillas del mismo color, pero con partes de metal y el cojín n***o. —Que lindo lugar Noah —le comenté encantada. El asiente. —Vamos nena a conocer a Fernando —me dice con una sonrisa —Mi jefe Caminamos hacia donde hay un grupo de personas reunidas, mientras nos acercamos veo que se levanta un hombre muy elegante, bastante atractivo a pesar de sus años, y entre más me acerco veo que tiene el pelo un poco canoso. Puede que tenga unos cuarenta y cinco años y aun así está a buen ver. —Hola Noah, que gusto de verte— le da la mano, me vuelve a ver a mí y sonríe— Veo que trae una muy linda compañía.