Más tarde, luego de todo el alboroto. El Sol estaba a punto de meterse hasta otro nuevo amanecer. Y yo, ya había recobrado mis fuerzas. Sin embargo, lo que me preocupaba en aquel momento no era el hecho de que me secuestraran, no le tenía miedo a eso. Pero, sí me secuestraban ¿Alguien lloraría por mí? O ¿Alguien se preocuparía? De todos esos mayores que me habían protegido hubiera sido porque me querían o solo por el valor que poseía. A todo esto, sino era así, entonces las únicas personas que me quedaban, eran Ariadna y mi padre. Al mismo tiempo, eran los únicos que realmente me habían cuidado y con los únicos, con los cuales poseía recuerdos inolvidables. Aparte de mi Madre, por supuesto. También, me asaltó el hecho de que quisieran secuestrarme. Del porque no lo habían hecho hasta ah