Me dirigí casi corriendo hacía el camarote de Osiris. Sin hacer mucho amague me decidí y golpee su puerta. Para darme más valor, pensé que tal vez estaría Kahina, así me sería más leve y no estaría sola con él en su habitación. Pero, ese "tal vez" me ganó de mano. Él se apareció frente a mí abriendo la puerta con desgano y sin fijarse quien estaba delante, es decir que, ni siquiera me miró. Me molestó mucho su actitud de la ley del menor esfuerzo para recibir a alguien. Sin embargo, me aguanté, ya que no quería arruinar más las cosas. Cuando Osiris levantó la cabeza y apuntó su mirada sobre mí, se quedó estupefacto. Creo que no esperaba que fuera yo, quien estaría allí, de frente, a sus ojos. Tal vez esperaba a Kahina, ya que se encontraba solo. O eso parecía ya que estaba todo desalin