Vladimir se había ido confiado al viajecito para el Sur, porque entre otras cosas, se suponía que era la primera semana de clases de verano, por lo tanto, las asignaciones no debían ser tan agresivas desde el inicio de las mismas, pero se había equivocado de calle, ya que el profesor de una de las tres asignaturas que él había elegido para cursar les envió por mensaje grupal lo que debían entregar para la semana siguiente. Esta asignatura era semi presencial por pedido del mismo maestro, y como Vladimir, todos los compañeros pensaban que al menos el profesor apostaría a la primera clase en el aula, para presentarse aunque sea, pero era del tipo de docente que mientras menos se esforzara obtendría los beneficios de su empleo como quiera. Vladimir se levantó exhausto del viaje del día ant