Guillermo se había adentrado a su oficina en la noche luego de que se hubo ido hasta el último invitado de la dichosa cena que había organizado Carolina. Allí estrelló todo lo que fuera de vidrio, sin importar que fuera el licor más caro que la habían obsequiado, todos los que estuvo al alcance los reventó, con tal de apaciguar su rabia contenida, ya que, a pesar de que se pasó la noche haciendo alarde de la familia tan unida que tenía, y aun llevando a Keisy Marina consigo a todas partes, haciéndole creer a todo el mundo que ella era sólo una allegada por parte suya a la que debía cuidar, y llamaba a su esposa cada tanto para simular una realidad que todos notaban que era simple facha, salió de su amante mandándola en un taxi que él pagó, para luego cuestionar a la aún señora Sosa de Vill
