Llegue al hospital justo a tiempo como todos los días, solo qué, como lo pensé, las enfermeras del lugar me dirigieron una extraña mirada debido a mi herida. Tuve que soportar qué me juzgarán y no decir nada sobre lo que había sucedido, después de todo no era de su incumbencia y yo no tenia porque informarles nada, así que solo subí al área de cuneros pensando en mi bebé ella me daba ánimos para seguir de pie y soportar todo lo que estaba pasando, pero al llegar al área de cuneros descubrí qué no había una bata para mí. Llame a la puerta con un poco de pena porque las enfermeras, por lo general, siempre estaban ocupadas y de muy mal humor cuando había trabajo en exceso, así que además de poco contacto qué tenía con ellas cuando pedía los informes de la condición de mi pequeña, trataba