Antes de que pudiera pensar en algo, la puerta del juez qué llevaba el caso del acuerdo entre nuestra familias entro ignorando lo que estaba pasando entre madre e hijo, se sentó en su sitio y se aclaro la garganta para comenzar a leer una serie de seguimientos qué sé habían establecido por Henry Craig y por Arthur a la hora de firmar el contrato, mismos que al final y al cabo, para bien o para mal, se habían cumplido y era hora de entregar a ambas partes lo que les correspondía. En caso de la familia Sallow era la restitución de su propiedad, esa qué alguna vez había visitado y que no solamente era lujosa, sino también era enorme, así que debía valer algún par de millones como para hacer todo ese show qué al final y al cabo había terminado destrozandome la vida. “De saber que Arthur mori