Capítulo 4

1033 Words
—No volverás a verme—dijo con una sonrisa despreciable, lo cual me hizo dudar de cuanto podía realmente confiar en él. —¿Lo juras?—cuestione esperando que al menos tuviera palabra y entendiera la leatad qué significaba hacer un juramento. —Lo juro—aseguro y como si fuera un niño, trazo una “x” imaginaria en su pecho, justo en el lugar donde estaba su corazón y por supuesto, eso no me trajo ningún alivio, pero no tenia otra opción más que depositar mi fe ciega en él, aunque no la merecía. Lo mire con desprecio y firme esa hoja, la cual permitía qué sé les tomará una muestra de sangre a mis hijos para la evaluación del ADN entre ellos y su padre. La leí dos veces antes de colocar algo y al ver que realmente solo se trataba de eso, le entregue la hoja firmada. —No quiero volver a verte en mi vida—me apresure a decir mientras le extendía aquel papel. De nueva cuenta él gesticulo una media sonrisa, asintió y doblo la hoja para devolverla a su lugar en su bolsillo. —No te preocupes por eso—dijo y enseguida me guiño un ojo, luego miro a l señora Martha barriendola con la mirada y sin decir nada más, se marchó de la habitación, solo entonces pude respirar. —¿Porqué firmaste ese papel?—me recriminó la señora Martha, parecía estar un tanto molesta, pero hasta ese momento ni a ella ni a nadie le había explicado el porque estaba dispuesta a renunciar a la fortuna qué por derecho era de mis hijos. —Arthur no quería que yo me involucrará en los problemas de su familia, él estuvo dispuesto a perderlo todo con tal de protegerme de su venenosos parientes, yo no lo entendí en su momento, pero creo que ahora me toca proteger a nuestros hijos, aún si pierden en apellido de su padre—explique puesto que se venía un problema enorme para mis hijos y para mi. Lo había meditado por mucho tiempo, si se aclaraba qué mis hijos eran hijos de Arthur, su familia podía acceder al derecho no solo de verlos sino también de pelear por su custodia si con ello pretendían dañarme, por eso no tenia otra alternativa más que la de confiar en Michael porque ni siquiera había podido hablar con Ethan a pesar de que le había dejado varios recados en su oficina. —No conozco muy bien en que tipo de persona se ha convertido Michael, pero Arthur no confiaba en él, así que deberías alejarte de su compañia—me aconsejo, pero yo no pretendía hacerlo mi amigo, sino utilizarlo para mis propósitos como él mismo me estaba utilizando. —Si tiene palabra cumplirá lo que hemos acordado y finalmente podre librame del asunto del acuerdo, luego podre ser feliz con mis hijos—le informe mis esperanzas, pero tampoco podía ignorar su advertencia. Arthur no confiaba en él y yo tampoco, pero de otra forma estaba condenada a ser perseguida por su familia— No necesito de su compañía y mucho menos su amistad y conociéndolo él tampoco quiere nada conmigo a excepción de la fortuna de los Sallow, sin Arthur estorbando no hay nadie que se entrometa en su camino, así que supongo que por el momento estarémos bien. Escuche suspirar a la señora Martha y posterior a eso, mi pequeño hijo soltó un pequeño sollozo qué indicaba qué algo le pasaba, solo así dejamos el tema de Michael. —Debe tener hambre—sugirió la señora Martha, así que lo tomo de nuevo en sus brazos y me lo aproximó—¿Puedes darle de comer? —Eso creo—indique, así que ya con un poco más de fuerzas me acomode para dar por primera vez de comer a un bebé, aunque ciertamente no sabia con exactitud qué estaba haciendo, solo sé que al tenerlo entre mis brazos y a pesar de todos los miedos qué me acechaban, el pequeño Arty tomo mi pecho desnudo en su pequeña boquita, comenzó a comer y al tenerlo así supe que nada en ese mundo me separara de mis hijos y que a pesar de todo los protegería como Arthur nos habría protegido de estar con nosotros. Después de eso, la señora Martha se sentó en un pequeño sillón a mi lado con Arty en sus brazos luego de comer, dormido y acurrucado mientras yo comía. Solo en ese momento me percate de que no estábamos en el hospital en el que yo había asistido para mi control prenatal, sino que se trataba de un lugar privado o al menos eso supuse al ver una hermosa habitación a mis disposición. —Michael nos trajo a este hospital ¿Verdad?—interrumpí los arrullos de la señora Martha y en respuesta ella asintió con cierta vergüenza. —Michael me pregunto a donde llevarte, pero ni siquiera yo sabía a donde ir y al ver lo grave de la situación te trajo al hospital Saint Thomas—me explico y entonces dos pensamientos me angustiado en ese momento. El hecho de que no sabia como diablos iba a pagar los gastos de ese hospital y que había sido precisamente en ese lugar donde Arthur había muerto. —No es que no agradezca qué me ayudara, pero ¿Porqué aquí? —me queje no por el asunto de Arthur, sino porque no tenia como pagar algo como eso. —Me habría gustado pedirle que fuéramos a otro sitio, pero no hubo forma de llevarte con lo grave qué estabas. Además creo que fue lo mejor ya que, la bebé necesita una máquina especial para respirar y por lo que oí Michael autorizo qué sé la consiguieran—explicó como si él fuera a pagarla cuando lo más seguro es que nos hubiese abandonado a nuestra suerte en este lugar. Ya no quise pensar en el asunto del dinero, así que ya qué Arty estaba en las buenas manos de la señora Martha, creí que podía aprovechar su presencia para ir a visitar a mi pequeña si es que podía verla.
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