Era la hora del almuerzo cuando terminé en la tienda, había comprado prácticamente todo lo que había llevado al vestidor y apenas si gaste la mitad de lo que esperaba. - Impresionante... Aun me queda dinero - dije sorprendida al ver la factura. - Nuestros precios son los mejores de la ciudad querida - respondió Fiona - ¡Hey! ¿Qué te parece si nos vamos a almorzar y luego te llevo al salón de belleza de una amiga? Un corte nunca viene nada mal y será el toque final perfecto para tu plan, además mi peluquero es un genio. - Es una idea estupenda, pero... ¿No debes seguir trabajando? - le pregunté mientras salíamos de la tienda. - Mi turno ya terminó y no creo que mi mamá tenga algún problema si me voy un poco antes - dijo con una mueca burlona, ya me había comentado que su madre era la du