¿Qué hacemos con la princesa?

1095 Words
Layla tenía que aterrizar, sabía que no sería fácil hacerlo, pero, se había colocado mal y había acabado con la estatua en el palacio. Más accidentada que aterrizada, pero en el suelo. La joven gritó por ayuda y vio salir a los príncipes de Tierra del sol, quienes además de sorprendidos por su azaña, parecían preocupados por su estado de salud. Elías se acerca a la puerta del conductor en cuanto las aspas del helicóptero se detienen, la puerta se abre y ve a Layla bajar, con el rostro golpeado, las manos parcialmente quemadas y el pelo enredado. —Elías, necesito ayuda. —Pide. —Por favor no me echen —ruega cuando ve a Kamal acercarse. Elías carga a la princesa y la lleva al interior de la casa mientras Kamal les exige a sus empleados deshacerse del transporte de la princesa y no decir nada a su hermano de su llegada, todos asienten. Kamal le toma de la mano y le da su palabra, que ellos le protegerán y la princesa le da las gracias mientras la acomodan en el salón de la casa. Llaman al médico para que la revise. Elías preocupados se sienta a un lado de la princesa y le pregunta cómo le ha pasado todo esto. Ella simplemente llora asustada, no puede hablar, no puede contarle cómo han sido las últimas dos semanas de su vida, los castigo, humillaciones, el miedo, el hambre y el sueño que tenía. Estaba tan casada que sentía que estaba alucinando mientras el médico les hablaba nada de lo que decía podía entender o hablar. —¿Princesa es alérgica algún medicamento?—El médico le da un par de golpes en la mejilla para que —Penicilinas, cefalosporinas y sulfas —responde. La princesa Farah ingresa a la sala de su casa y ve incrédula a sus hermanos, su mirada pasa por el cuerpo de la mujer herida, golpeada y pobremente vestida, la princesa de Azalam no parecía la diva elegante, soberbia e impenetrable de siempre, se había reducido a nada. —¿Tú crees que esto es una buena idea? —pregunta la princesa del sol y sus hermanos niegan con la cabeza. —No la vamos a echar—Advierte Kamal. —No, pero hay lugares más privados en los que la pueden atenderle. —Farah —le riñe su padre. —Es por tu seguridad, Layla, y la de todos nosotros —Se queja la princesa. — Elías, tú tienes visitas.—Le recuerda y el joven asiente. —Farah tiene razón, busquemos una habitación más apartada. Limpiemos bien y adviértanles a los empleados que no se dice nada a nadie. —Elías está por salir de la habitación cuando sus hijos gritan. —¡Sorpresa, papá! —el joven corre hacia ellos y los carga y los besa. Layla vio a los pequeños hijos del príncipe Elías y a su esposa, el médico le ayudó a incorporarse después de vendarle la mano y Kamal se ofreció a ubicarla en una habitación cómoda mientras la atendían. Ella le dio las gracias y cruzó su mirada con la de Nala, la mujer de Elías, esta hizo su reverencia al verle pasar y Layla le recordó que no era nada y que no debía nada de eso. En cuanto llegaron a la sala del médico le pusieron suero para rehidratarla, un medicamento para el dolor y otro para relajarla un poco, Kamal se espera que le inyectaran los medicamentos en la vena para recordarle que ellos se encargarían de hacerla sentir segura. —Kamal, tengo que casarme. —dice la princesa. —Elías no va a abandonarte en este momento. —Quiero casarme con el futuro rey. —¿Quieres casarte conmigo? —Elías me ha rechazado toda la vida, tú y yo hemos sabido toda la vida que tenemos que cumplir un deber, el tuyo es hacer todo pro el reino y el mío es darle un heredero al mismo. —Amas a mi hermano. —Tu esposa puede aceptar que estás salvándome el culo. Nala jamás podrá hacerme parte de su matrimonio, además, lo que más me interesa es asegurar el futuro de mi hijo. El tercer hijo del segundo príncipe nunca será rey, Kamal, sabes que si no hago bien las cosas en cuanto me vaya de aquí van a matarme. —Layla, recupérate, y hablaré con mi mujer, Selene, y con mi padre. Tú descansa, ya te has mantenido viva hasta aquí y no será en vano. Kamal sale de la habitación de la princesa y ve cómo la confusión ha llenado la cabeza de su familia, acaricia la espalda de su esposa y ve a sus padres conversando en secretos, mientras sus hermana ele recuerda a Elías que si Layla lo pide, todos sus esfuerzos por reconciliarse con su esposa se van a la basura. Layla le dio las gracias al príncipe Kamal y en cuanto le dejaron sola con el médico, decidió cerrar los ojos e intentar descansar, porque como lo había dicho Kamal, había logrado sobrevivir para poder llegar a Tierra del sol y ahora su destino era decisión del rey y sus príncipes herederos, no suya ni de su hermano. El rey y sus herederos no querían asustar a Layla con respecto a la visita de su hermano, sin embargo, el día estaba resultando complicado, puesto que tenían la visita de Nala y los gemelos. Para el rey era obvio que su hijo no desposaría a Nala, quien se había criado en el palacio y si bien no oscilaba un título de nacimiento, era una mujer muy decidido, quien ya se había acostumbrado a la independencia y algunas normas occidentales, como la monogamia. Por otro lado, estaban Kamal y Selene, el futuro rey y su esposa, ella tampoco era consciente de ciertas tradiciones y obligaciones que tendría su esposo para con el reino. Lo más importante, era que en 20 años que Isam llevaba ejerciendo su rol de padre adoptivo para sus sobrinos, era la primera vez que todo estaban felices con sus vidas, tenían claro qué hacer con el futuro y con quién compartirlo. Layla, no calzaba en la vida de nadie, pero él no planeaba abandonarle y sus hijos tampoco parecían hacerlo. Después de una pelea tras otra sus hijos estuvieron de acuerdo en dejar que su hermana se fuese a casar al desierto y dejar a la princesa Layla decidir qué quería hacer con su vida, pero antes tenían que asegurarse de que no fuese parte del plan de su hermano.
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