Me llamó Bela Amira Contrell y tengo 22 años. Huérfana de madre, y de padre también ya que nunca lo conocí.
Me eh tenido que arreglarme el la vida para poder sobresalir.
Todo lo que conozco es el estudio y el trabajo. Y soy muy buena en ello, pues más opciones no tenía.
Doy una última y rápida ojeada en el espejo a mi camisa blanca con botones, mangas largas y cuello abierto.
Por encima una falda azul marino ajustada al cuerpo que resaltaba mi pequeña cintura, con una abertura atrás y unas medias finas neg**s que combinaban perfectamente con mis zapatos ne***s brillantes con tacón fino, no tan alto debido al día ajetreado que tendría hoy en mí búsqueda de un empleo.
Una coleta alta que dejaban al descubiertos mi cuello blanco adornado con un collar de pequeñas perlas (falsas por supuesto) y cuatro pares redondos de aretes del mismo conjunto en cada agujero de mi oreja.
Un maquillaje simple enfocando a mis ojos verdes esmeralda.
Agarró la carpeta y mi cartera, color ne**o y apliques dorados, que me daban el toque final que estaba buscando: ¡Elegancia!.
Me hecho un poco de perfume y salgo para la calle con la frente en alto como mi querida madre me enseñó antes de fallecer a mis 12 años, ya hace 10 años.
Tomó el bus apresurada ya que era la forma más práctica de recorrer por la cuidad para no decir que no tenía un móvil propio por mi estado económico; que aunque tenía dos trabajos de camarera y niñera todo el dinero se iba en mis estudios para hoy por fin poder salir con mi título a buscar un empleo.
Al terminar el colegio trabajando medio tiempo de niñera y estudiando ya computación, sólo pensaba en dos cosas: Seguir estudiando y conseguir un trabajo más para poder pagar ese estudio; que me llevo tiempo escoger ya que debía adaptarse a mi presupuesto como todas las cosas en mí vida al ser una huérfana sin parientes cercanos o vivos.
Sólo pocas amigos y compañeros que obtuve de mi trabajo y colegio.
Y ni que decir de un novio. No había tenido ni uno. ¿Quién querría de novia a una pobre y huérfana chica? ¡Nadie! Y no es que me importe, yo estoy esperando al amor de mi vida que espero no tarde por que con 22 años ya por lo menos debía dar mi primer beso.
Al final me enfoque en lo más grande y rentable qué existía; Empresas:
Estudié Mercadotecnia, Administración de empresas, Finanzas y Contabilidad, Comunicación y Economía.
Todo en cuatro largos años para mí, ya que puse todo mi capacidad en ello. Con sudor y sangre y unas cuantas lágrimas obtuve los mejores puntajes ya que descubrí que realmente me gustaba todo lo relacionado con empresas. Gran sorpresa!
Entre y salí de dos entrevistas programadas a la mañana en grandes empresas de la cuidad. Luego fui al café a esperar mi última entrevista.
Llegada casi la hora para mí siguiente trayecto, pase por el baño y al salir me percató de un señor que se le había caído la cartera sin darse cuenta.
Rápidamente lo cojo y me apresuro a seguirlo.
-Señor! Disculpe Señor! - lo llamo en vano. Iba con el celular al oído.
Se dirigió por la puerta de atrás con prisa y apresure mis pasos también.
Abro la puerta atrás de él chocando con el rayo de sol en mí cara; parpadeo y alzó una mano para cubrir mis ojos.
Lo que logró ver es un auto lujoso... No! Eran dos autos lujosos.
Tres o cuatro hombres de traje parados alrededor que al notar mi presencia se acercaron rápidamente alrededor del señor "billetera caído" que llevaba un muy Lujoso traje ne**o.
Era alto con hombros anchos y cabello castaño oscuro. Le pondría unos 50 o 60 años viéndole por atrás ya que de frente me doy pena mirarlo.
-Señor disculpe se le ah caído la billetera- me apresuro a decir extendiendo la mano con una voz lo más normal posible.
Se gira repentinamente; me mira y mira la billetera en mí mano y me mira otra vez.
Era un hombre con una presencia imponente pero raramente calmado. Su cara ligeramente arrugados oculto debajo de la barba abundante. Sus ojos no sabría decir ya que pasó todo muy rápido y no pude contemplarlo mas ,pero de seguro tenía 55 años como mínimo de frente.
-Oh! Muchas gracias!- dijo al acercarse para recoger su pertenencia.
Sólo baje la cabeza asintiendo con una ligera sonrisa en mis labios y me retire rápidamente entrando de nuevo al local.
Tome mí cartera y fui caminando unas cuadras más hasta llegar frente al gran y majestuoso edificio AnaBella.
Era sólo uno de sus 6 empresas esparcido por todo el país pero sin duda el más grande y el primero de todos. Era la casa madre!
Me había tomado el tiempo de averiguar lo más imprescindibles de las tres empresas que visitaría hoy para la entrevista como mujer preparada y precavido.
AnaBella que fue nombrado así por el dueño Tomás Backer a honor de su esposa en vida. Según averigüe el señor Tomás provenía de familias dedicada a la joyería pero que él llevaría mucho más alto este susecion de joyeros.
Convirtiéndose en el más grande empresa de joyas preciosas del país y con expansión hacia otros países.
No sólo joyas, también carteras, relojes, accesorios increíbles que cualquier mujer u hombre que aportará se sentiría como de la realeza.
-Buenas tardes. Me llamo Amira Contrell - me era mas cómodo usar mi segundo nombre-Vengo para la entrevista para el puesto de asistente- digo amablemente a la recepcionista.
- Si. Tome el asesor piso 5 y pregunté nuevamente en la recepción señorita-respondió
Cumpliendo la indicación me dirigí rapidamente para poder llegar veinte minutos antes de la cita
- Entonces... Señorita Bela dígame tiene experiencia de asistente?- pregunto el señor frente a mí; rescostado en su aciendo haciéndolo girar. Mirando mi currículo en una mano.
- No señor. Pero tengo experiencia en atención al cliente- respondo omitiendo decir que de camarera en un restaurante no muy reconocido.
-Ya veo- suspira hondo y se vuelve hacia mí mirándome de forma indagatoria. - Su currículo es buena. Tiene buenas bases y las recomendaciones de sus profesores son favorecedor.
Pero dígame...- pone un dedo sobre los labios formulando la pregunta- el puesto de asiatente es todo lo que aspira?
Me quedo en blanco tratando de descifrar esa pregunta. No lo consigo.
-A que se refiere? - pregunto ya que la mejor forma de evadir una pregunta es con otra pregunta.
-A que en dos días tendremos a cinco personas compitiendo por un mejor puesto que de asistente. Me parece que usted califica para ese puesto.- dijo seriamente.
Mi corazón dió un salto de alegría.
¿Más que una asiatente en una empresa tan lujoso? ¿Más que? Me preguntaba por dentro tratando de oprimir mi entusiasmo.
- Si usted desea puedo ponerla en la lista de candidatas para ser unas de las secretaria personales de los altos jefes. Pero debe entender que deberá sobre salir sobre los demás interesados. No será fácil le advierto.
No será fácil? Ninguna cosa en mí vida a sido fácil.
-Entonces?... Quiere ser las sexta candidata?- pregunta y creo haber visto un brillo de desafío en sus ojos.
-Claro que Si!- respondo ganado por mi emocion.
- La espero entonces- dijo.
Salí de ahí victoriosa aún cuando no había conseguido ya un trabajo asegurado. Pero se que podía lograr hacerlo. ¡Lo sabía!
Revolvi mi armario buscando las prendas que me había obsequiado mi ex jefa trabajando con ella como niñera de su hija. Me había dado sus prendas de cuando aún era soltera trabajando en la oficina de su padre.
Incluía zapatos finos y carteras. Incluso unas joyas hermosas que yo no podría darme lujo de comprarlo.
Me quedaban como guantes
Con mi sueldo solo podría cubrir me pequeño departamento, mis estudios y la comida.
¡Nesecito un empleo mejor con un mejor sueldo!
Tal vez así mi suerte mejore y logré una vida digna y a un gran amor que llene este gran vacío que llevo en mí alma.
No es mucho pedir. ¿O si?