AMBER LEWIS Pasé una mano por encima de la entrepierna de Johnny, tratando con ello poder encenderlo. Me levanté, apoyándome en uno de mis codos y comencé a besarle la espalda con suavidad, él se removió incómodo, tomando mi mano para alejarla de su entrepierna. Puse los ojos en blanco. Odiaba cuando Johnny se comportaba de aquella manera, pasaba muy poco tiempo en casa, y cuando lo hacía, ni siquiera quería tocarme. ¿Acaso no se daba cuenta de la gran cantidad de hombres que desearían estar en su lugar? Debería de sentirse afortunado que, a pesar de ser un hombre maduro de 43 años, tuviese a una mujer guapa y joven a su lado. Dejé caer mi cabeza sobre mi mullida almohada, dejando salir lentamente la respiración. Solo necesitaba un poco de atención de su parte, era mi marido y le quer