Habían terminado el último cuarto sin la posibilidad de un nuevo down (punto). Ahora llevaban siete minutos del tiempo extra donde se definiría el partido, solo faltaban tres minutos y todos estábamos literalmente con el corazón en la mano, los del equipo contrario eran tan buenos que los Panthers York y por esa razón el marcador estaba empatado, algo que parecía disgustar de sobremanera a Noah, quien gritaba dando nuevas jugadas al ver que la defensiva se preparaba para hacer una incursión, aquella trataba, de una maniobra por parte del equipo contrario…en este caso el equipo defensivo en la cual uno o más linebackers, quienes normalmente permanecían en el lado defensivo de la línea de scrimmage durante una jugada, se les ordenaba que cruzaran la línea hacia el lado ofensivo, lado de los Panthers York, en un intento de placar al quarterback, en este caso a Noah u obstruir un intento de pase que él hiciera.
No la estaban dejando para nada fácil.
Un pitido se escuchó y después vi como Noah corría hacia tras mientras buscaba con la mirada a alguien, supe quien era al ver como una sutil sonrisa se formaba en su rostro.
Jayden, el corredor.
Mi hermano estaba del otro lado, esperando el gran pase que haría Noah antes que lo derribasen.
Hasta a mi me había dolido ese golpe.
—Auch —susurré, para después gemir de sorpresa al ver que inmediatamente se levantó y empezó a correr como si su vida dependiera de ello, lo que justamente hacia mi hermano mientras esquivaba grandes cuerpos que intentaban derribarlo.
Noah gritó un ahora y mierda, él en verdad era bueno en lo que hacía, no por nada era el quarterback.
El ala cerrada, que eran los chicos que debían de estar en el extremo de la línea ofensiva para bloquear a la defensiva que intentaría derribar a los corredores en las jugadas de carreras que hiciera su equipo, había sido formada solo por un ala cuando por lo general se utilizaban dos. ¿Cuál era la razón? La faltante se formó de repente para taclear a todo el que se intentara acercar a Jayden con ese mismo fin, pero no era suficiente como para llegar a la zona de anotación, por lo que Noah corría desde el otro lado de la cancha, esquivando hábilmente todo ser a la par que Jayden.
De un momento a otro Jayden lanzó el balón faltando un maldito minuto para que se acabara todo, cuando se vio sin salida hacia su quarterback, quien empezó una carrera contra el reloj, lo seguían cinco personas y otras tres lo esperaban para taclearlo.
—Panthers York —susurró mamá a mi oído bastante excitada por la situación—. Se llaman los Panthers por esta razón.
Y lo entendía, todos eran super rápidos y muy agiles, pero sin duda el chico que corría con el balón en la mano destacaba de entre todos.
—¡CORRE ANDERSON! ¡CORRE! —Gritaba su Coach extasiado, estaba fuera de sí, temía que sus cuerdas vocales explotaran—. ¡PUEDES CORRER MAS POR EL AMOR A LAS MALDITAS BRAGAS!
Si que tenia una fuerte y potente voz.
Contuve el aliento cuando dos del equipo defensivo se acercaron bruscamente a taclearlo, pero Noah como toda una pantera los esquivó, rápidamente llegó otro haciéndolo trastabillar en tocar el piso, se recompuso y cuando solo faltaban algunos centímetros, vi el gran salto que jamás vería en toda mi vida.
—¡TOUCHDOWN! —Gritó el narrador en un grito.
Todo se volvió un caos completo después de eso, la gente gritaba sin parar, saltaba en sus puestos, se abrazaban. Por mi parte solo gritaba eufórica por la victoria, el futbol americano era algo que me gustaba…sí, Jayden había influido bastante cuando de pequeña en vez de ver películas de barbie o cualquier cosa de niña, el me obligaba literal a ver deportes.
Me abracé con mamá, quien estaba peor de emocionada que yo.
Todos los del equipo fueron hasta Noah a abrazarlo y alzarlo junto con mi hermano, eran los protagonistas de la noche sin dudas.
—Oh mierda —susurró mamá al ver su teléfono—. Tengo que irme cuanto antes, cariño. Felicita a tu hermano por mí.
—¿Qué? —dije sin entender.
—Es urgente, emergencia del trabajo.
Mi ceño se frunció y no tuve tiempo a nada, se había esfumado entre las personas sin darme una explicación razonable.
¿Qué haría yo ahora? ¿con quien me iría? ¿Cómo osaba en dejarme?
—¡Hermana! —gritó Jayden.
Volteé a verlo y corrí a sus brazos efusiva. Me alzó y empezó a dar vueltas.
—¡Felicidades! ¡estuviste estupendo! —lo abracé, sin importarme lo sudado que se encontraba—. Eres el mejor, pero para o vomitaré.
Este empezó a reírse mientras se detenía y me soltaba.
—¡¿Dónde está mama?! —frunció su ceño.
—¡Tuvo que irse, surgió una emergencia, pero te manda muchas felicidades! —tener que hablar entre el ruido era casi imposible.
Pensé que tal vez se enojaría, pero solo asintió y agarró mi mano para llevarme en donde estaban todos los del equipo, especialmente donde se encontraba una persona en especial. Una chica había corrido hacia sus brazos…una animadora.
Que sorpresa —pensé irónica.
Los jugadores empezaron a silbar en nuestra dirección.
Fruncí mi ceño confundida y volteé a ver a mi hermano, quien empezaba a reírse para después ponerse malditamente serio.
—Es mi hermana, idiotas —la sorpresa era evidente y fue inevitable no preguntarme.
¿Acaso no sabían de mi existencia? ¿tan importante era para él?
—Pues déjame decirte que tu hermana es muy hermosa, por fin nos deleitas con tu presencia —el número 29 se acercó y agarró mi mano para besarla, claro que antes que sus labios tocaran mi piel, ya había sido retirado por parte de mi hermano.
—Aléjate, Woods —advirtió, el nombrado solo rio y aun así se acercó.
¿No le temía a morir?
—Aiden Woods, un placer —me extendió su mano y se la estreché. Sabia que era del grupo de amigos íntimos de mi hermano.
—Alison Walker —sonreí tímidamente, tenía muchos pares de ojos en mi y me era inevitable no sentirme intimidada con estos hombres.
¡Todos grandes!
¡Todos sexys!
¡Todos extremadamente calientes con ese uniforme!
Uno a uno empezó a presentarse, para después irse a saludar a las demás personas, cuando el turno fue del jugador numero dos, mi estomago dio un vuelco, mi interior estaba en alerta roja y, aun así, aparentaba calma, después de todo no me podía permitir que ninguno supiera mi pequeño ex gusto por él.
—Noah Anderson —su voz era pecaminosa, fantaseaba con el posible tono de esta y era claro que era mucho mejor de lo que me imaginé alguna vez.
—Alison Walker —dije, estrechando la mano que me ofrecía. El calor de su mano embargó rápidamente mi fría palma. La apretó más duro que los demás y sonrió, pero claro que no duro mucho, pues fue llamado por otra porrista.
—Felicidades —saltó encima del y gritó de la emoción, cuando se percató de mi presencia sonrió grandemente y vino hasta mí.
—Es un honor por fin verte —la miré sin entender—. Jayden habló maravillas sobre su pequeña hermana —dijo a modo de respuesta a mi pregunta no formulada—. Soy Ava Gray, mejor y única amiga de este par de grandulones.
No se veía una mala persona y tenia una vibra contagiosa.
—Alison —sonreí, era agradable. Fue en ese momento donde recordé un pequeño y gran detalle.
¿Dónde mierdas estaba la tal Olivia?
—¿Iras a la fiesta de celebración? —me preguntó bastante emocionada.
Todos me miraron expectantes a lo que respondería, la verdad era que no quería asistir a ninguna fiesta por el momento y menos con ellos.
¿Acaso sería tan estúpida para que empezaran a relacionarme con los populares?
—No creo, recién llegué hoy y debo tener listo todo para el lunes, revisar, leer…
—Aburrida —Noah chasqueó su lengua mientras se cruzaba de brazos—. Nunca dijiste que tu hermanita fuera tan aburrida Jayden. No querer ir a la celebración…ya sabemos lo ratoncita de biblioteca que es.
Jayden golpeó su abdomen para que parara, pero este solo rio.
Alcé una ceja en su dirección y me dije que tanta belleza no podía ser cierta.
—Bueno, si ser eficiente y responsable es ser aburrida…lo soy —me encogí de hombros, viéndolo realmente mal—. Hay cosas mas importantes que estar viendo la falda en la que estarán tus sucias manos metidas en un par de horas, mariscal.
Había hablado un poco alto, pues los jugadores que estaban por nuestro lado se detuvieron para empezar hacer ruidos absurdos. Ava empezó a reírse a mi lado.
Su mirada se volvió realmente intensa, sentía como me martillaba logrando que me arrepintiera por unos microsegundos de lo que había salido de mis labios, solo unos segundos, claro está. De repente, una sonrisa ladina iluminó su rostro dejándome ver su perfecta dentadura, una sonrisa que no me dejaba para nada tranquila.
Caminó directo a los camerinos, mala suerte de mi parte… ¿por qué? para ir hasta allá era necesario que pasara por mi lado.
Cuando estuvimos hombro a hombro susurró mirándome de soslayo, logrando ponerme nerviosa inmediatamente al escucharlo.
—La pequeña Walker tiene garras, espero sean lo suficiente afiladas.
¿Qué mierda había sido eso?, ¿cómo?, ¿afiladas?, ¿acababa de declárame la guerra?
Tragué duro y anoté en primer lugar algo que sin duda me ayudaría a sobrevivir los días siguientes.
Huir de Noah Anderson, por muy sexy que fuera.