Gael —¿Gael? —estaba por subir las escaleras para ir y encerrarme en mi habitación, cuando escuché a mi madre llamarme. Me giré y la enfrenté. Tenía sus manos en su cadera y me observaba fijamente con una ceja arqueada. —¿Sí, madre? —pregunté, sentándome en el primer escalón. —¿Por qué conduces la motocicleta de Thomas? —Porque papá me quitó las llaves del auto —contesté, alzando los hombros y desordenándome el cabello. —¿Y Thomas estuvo de acuerdo en quedarse sin transporte? —No le he preguntado si está de acuerdo. Reí al ver a mi madre golpear su frente y sacudir la cabeza. Aunque muchas veces pensaba que ella era el macho alfa en esta casa, se veía adorable e inocente cuando estaba de buen humor; lo que era raro para mí verla de esa manera. Pues por lo general, ella y papá pasab