El Hilo rojo del Destino.

PRIMERA VEZ.

Los días avanzaban y para Manuel a veces eran eternas las horas, desde que comenzó su relación trataba de darle el tiempo suficiente a Alexander y ese fin de semana estaría libre así que había decidido invitar al menor a una cita pues llevaban un mes saliendo y quería preparar algo especial para su pequeño, la idea principal era llevarlo a un pequeño bosque cerca de la ciudad el conocía bonitos lugares así que con un poco de ayuda y la autorización de su suegra, tenía todo listo.

Era viernes así que saldría temprano e iría a recoger al menor a su escuela y de ahí se lo llevaría a su cita, estaba estacionado afuera de las instalaciones del menor en su jeep, había preparado la comida, la tienda en donde dormirían y llevaba una pequeña maletas con mudas de ropa para ambos y algunos artículos de higiene, escucho el timbre sonar y su corazón comenzó a latir tan rápido que sintió que le daría un ataque cardiaco, una sonrisa de lado se le dibujo al ver a su pequeño en compañía de sus amigos salir, pero igual se percató que detrás de ellos salían  dos chicos y una chica los cuales miraban al grupo de adelante, un pelinegro no despegaba la vista de su castaño y el solo frunció el ceño al notar con que intensidad lo miraba aunque parecía concentrado solo en el chico que iba delante de él, pudo notar que igual asentía y negaba con su cabeza a lo que sus amigos le decían, pero de pronto todo quedo olvidado cuando unos pequeños labios delgados lo trajeron de regreso a la realidad ya que tenía a un Alexander todo sonrojado con esas mejillas abultadas que solo quería apretujar y  lo hizo, le tomo sus pequeños cachetes y le dio un beso tan tierno como apasionado tanto que olvidaron donde estaban y se sumieron en su burbuja de amor, al separarse de aquel beso lo tomo de la mano y lo llevo del lado que debía subir y le abrocho el cinturón, el menor solo le dio otro casto beso y le agradeció, Manuel dio la vuelta pero volvió a ver al mismo muchacho observando a la distancia solo que esta vez parecía que su mirada era triste ya que pudo notar que pequeñas lagrimas corrían por sus mejillas y su amigo lo consolaba dándole un abrazo y dedicándole palabras de consuelo, sólo que por lo lejos y el volumen que el otro chico ocupaba para hablarle a su amigo, este no escucho nada,  no supo a que se debía pero no le tomo importancia se subió y condujo hacia su destino, en el camino la duda lo carcomía así que solo pregunto.

MANUEL: Mmmm.. me preguntaba una cosa, note a un chico cuando te esperaba un pelinegro, ¿Lo conoces? - Dijo un poco nervioso.

ALEXANDER: Bueno en mi escuela hay muchos chicos pelinegros no sabría a quien te refieres sino me das una descripción un poco mas explicita. – Claro que sabia a quien se refería el igual lo vio solo que no podía decirle que si luego de lo que sintió varios días atrás y que aún lo tenían confundido.

MANUEL: Tienes razón, bueno el estaba con un chico pelirrojo y una chica rubia.

ALEXANDER: Oh si ya se a quien te refieres, es Gabriel lo conozco desde la primaria, lo curioso es que desde que estaba en la primaria y la secundaria siempre estuvimos en el mismo salón y ahora aquí estamos igual en el mismo grupo. – Dijo un poco nervioso.

MANUEL: Vaya eso si es curioso, ¿Le hablas mucho?, digo tienen años de conocerse.

ALEXANDER: Bueno en realidad casi no, Gabo siempre a sido muy tímido y sino era por trabajos o algo relacionado casi no conversábamos de hecho el solo tiene un amigo y ahora a Mariana. – Contesto un poco más nervioso y más ante la mención de aquella rubia.

MANUEL: Cualquiera con ese historial serian amigos, pero veo que hay excepciones, ¿Y la chica es su novia, vi que lo abrazaba? - Pregunto aún más curioso.

ALEXANDER: Pues no lo se y no creo que me interese saberlo y a ti tampoco, porque no mejor me dices a donde me vas a llevar. – Lo dijo ya un poco molesto, así que decidió cambiar de tema.

MANUEL: Disculpa solo tenía curiosidad por algo que observe, pero bueno eso es una sorpresa y ya casi llegamos no te preocupes. – Con eso quedó zanjado el tema.

Siguieron su viaje en un silencio un poco incomodo pero cuando llegaron empezaron a relajarse Manuel armo la tienda mientras Alexander preparaba todo para poder prender la fogata y cmer pues ya era tarde y desde que salió de su escuela no había comido nada, la tarde paso amena y ya cuando estaba anocheciendo el mayor saco una botella de vino y sirvió dos copas y le extendió una al menor.

ALEXANDER: ¿Acaso piensas emborracharme, recuerdas que soy menor de edad? – Dijo con una sonrisa ladeada.

MANUEL: Claro que no mi amor solo quiero brindar por este primer mes a tu lado, hoy es nuestro primer aniversario desde que aceptaste salir conmigo. – Dijo muy feliz el mayor.

Alexander se sonrojo y asintió y brindaron, Manuel lo acerco y empezó un beso lento y lleno de todo el amor que sentía por su pequeño, sus corazones estaban conectados en ese momento y el menor con manos temblorosas comenzó a acariciar por encima de la ropa tratando de tocar cada parte sin olvidar nada, ese beso subió de intensidad, su temperatura subía y sus cuerpos pedían por más, el mayor sin pensarlo dos veces atrajo más a Alex y lo sentó en su regazo sin despegarse del beso, se separaron lento, sus labios rojos e hinchados y un brillo en los ojos del contrario.

MANUEL: ¿Estás seguro de esto?, sabes que puedo esperar.

ALEXANDER: Tú puedes esperar, pero yo ya no. – Y se lanzó a besarlo nuevamente, esta vez con mayor intensidad.

Manuel se levantó y sostuvo al menor de los muslo, el contrario por reflejo enrollo sus piernas a la cintura de su novio, camino tratando de no caer y entro a la tienda recostando a su chico en las bolsas de dormir para que no estuviera muy duro el piso empalmo las dos bolsas, cerro la tienda y prosiguió a besar nuevamente esos labios delgados que lo tenían vuelto loco, sus besos cada vez eran mas urgidos mas necesitados el uno del otro sus lenguas luchaban para ver quien tomaba el control pero obviamente el mayor ganaba y el simplemente se dejaba hacer porque sabia que podía confiar en el, la ropa comenzó a desaparecer siendo esparcida por la tienda, cuando ambos estaban desnudos y sus respiraciones eran agitadas, Manuel busco entre sus cosas y encontró el pequeño bote de lubricante.

ALEXANDER: ¿Sabias que esto pasaría? – Dijo divertido.

MANUEL: Bueno no, pero si esperaba jaja tenía una esperanza. – Contesto rascando su nuca y nervioso.

Tomo un poco de lubricantre entre sus dedos y los dirigio lentamente a la entrada de su chico, comenzo trazando circulos para poco a poco entrar sin generarle dolor, mientras el menor apretaba fuertemente los ojos debido a que si sentia dolor pero se relajo y poco a poco iba pasando, asi le siguio otro dedo y luego un tercero, cuando ya era un desastre de gemidos Manel sintio que estaba praparado y retiro sus dedos a lo que recibio un pequeño quejido pero rapido fue callado al alinear su m*****o en la entrada ajena, mirandose a los ojos comenzo lentamente a entrar y se quedo quieto por un momento mientras Alexander se acostumbraba, cuando meneo su cadera esa fue la señal para decir que podia comenzar a moverse y asi lo hizo poco a poco las embestidas eran mas fuertes.

ALEXANDER: ahhh.. mas mas fuerte aahhh. - Decia entre gemidos y enroscando sus piernas a la cintura de este para tratar de profundizar mas el contacto.

MANUEL: Diossss estas tannn apretado ahhh.

Entre gemidos y sus pieles chocando la una con la otra era lo unico que esa noche se escuchaba, lo tomo de la cintura para poder atraerlo mas a el y tomo con una mano el m*****o del contrario y comenzo un vaiven al ritmo de sus embestidas.

MANUEL: Vamos bebe gime para mii, correte conmigo.

ALEXANDER: aaaahhhh si ahi sii ahhhh

Habia encontrado ese punto dulce que lo haria perder el control y no resistio mas y se vino manchando la mano de su amado y unas cuantas embestidas mas el termino dentro del menor, se recosto al lado sin salir de el y los cubrio con una cobija que llevaba cayendo los dos en un profundo sueño.

Sin duda esa fue una gran noche su PRIMERA VEZ.