El Hilo rojo del Destino.

Accidente inesperado

Alexander es un chico de 17 años, una estatura promedio ni muy bajo ni muy alto, se siente cómodo con ello, tiene ojos negros, cabello castaño y ondulado, piel morena clara, y un cuerpo en buena forma ya que le gusta la clase de deportes.

Como todos los días el despertó temprano y se dirigió a su escuela y llego mucho antes que sus demás compañeros y sus amigos, fue rumbo a su casillero y saco cuadernos y libros para sus clases, reviso la libreta en especial de laboratorio ya que tendría esa clase y no quería ningún error, claro el era un chico muy detallista en cada cosa que realizaba, y por ello nunca se percataba de aquella profunda mirada de ojos claros que no perdía detalle de sus gestos, sus pucheros que inconscientemente hacia.

Gabriel tiene 17 años, es alto, de ojos color miel, cabello n***o y lacio pero perfectamente moldeable, tonalidad clara y un cuerpo bien formado pero no llegando a lo musculoso.

Su rutina de lunes a viernes consistía en levantarse muy temprano ya que espiaba a cierto chico que desde la primaria le había llamado la atención, pero nunca se atrevió a dirigirle la palabra hasta la secundaria en donde por coincidencias del destino siguieron siendo compañeros en el mismo grupo y tenía que entablar una conversación con el ya fuera por un trabajo en grupo o un debate escolar, pero si fue en esa época en donde descubrió que le gustaba mas de lo que pensaba.

La campana sonó indicando que era el comienzo de una nueva jornada escolar y así cada uno se dirigió a su clase correspondiente, Alexander llego hasta laboratorio y espero a su compañero de mesa, pero mientras esperaba platicaba muy animadamente con su amigo Carlos.

CARLOS: Vamos Alex tienes que ir a esa fiesta te la vives estudiando demasiado y muy pocas veces vas con nosotros, te aseguro que será increíble, es la fiesta de bienvenida para toda la escuela, no puedes faltar.

ALEXANDER: No lo sé, realmente sabes que no me agrada mucho ese tipo de fiestas muchas personas, bromas inesperadas, déjame pensarlo por unos días.

CARLOS: Bueno te doy hasta el jueves porque la fiesta es el viernes por la noche, pero espero y sea un si, sabes que nunca dejamos que te pase nada.

El profesor llego y empezó la clase.

PROFESOR: Bueno como saben comenzaremos con las practicas y ya les apunte las indicaciones en el pizarrón, pueden comenzar pero tengan cuidado saben que mal mezcladas las sustancias pueden crear un accidente.

Sin más cada quien comenzó su trabajo pero como siempre alguien tenia que creer que seria gracioso agregar algo de mas a su mezcla para ver que sucedía y paso ese accidente que el profesor quería evitar ocurrió y una gran explosión surgió dentro del laboratorio, todos salieron corriendo debido al humo que rápidamente se propago, mas no Alexander que al estar cerca de aquella explosión termino desmayado en el salón, los detectores de humo hicieron su trabajo y el agua comenzó a caer por toda la escuela, los bomberos fueron alertados, en poco tiempo llegaron junto con una ambulancia y al entrar al salón encontraron un desastre y a un chico con cara manchada de n***o y desmayado.

El bombero tomo al chico y lo saco de ahí, Carlos ahogo un grito al ver a su amigo en ese estado y ni se diga de Gabriel que se puso pálido y por un momento perdió la fuerza, lo llevo directo a la ambulancia y  los paramédicos hicieron su trabajo, poco a poco Alexander comenzó a despertar con un zumbido en los oídos y la visión un poco nublada y molestándole la luz del día, pero al enfocar muy bien no pudo quedar con los ojos tan abiertos porque frente a el estaba una hermosa sonrisa de un guapo bombera o al menos eso pensó, al parecer se perdió en esa sonrisa porque por un momento no escuchaba al paramédico que le llamaba.

PARAMÉDICO: Joven podría decirme ¿Cuál es su nombre?

ALEXANDER: Emm... Si.. mmm.. Alexander

PARAMÉDICO: Muy bien, recuerdas que fue lo que paso?

ALEXANDER: Si creo que si. Estaba en laboratorio y luego una explosión.

PARAMÉDICO: Bien parece que estas bien, solo fue el impacto, cualquier cosa no dudes en asistir al hospital, ok.

ALEXANDER: Si esta bien, gracias.

Se levanto y bajo de la camilla y para bajar de la ambulancia lo esperaba aquel joven de sonrisa perfecta, que al parecer no se cansaba de sonreír porque seguía con ella.

BOMBERO: Bueno Alexander veo que estas bien.

ALEXANDER: S-si gra-gracias.- Contesto muy apenado, sonrojado y trabándose al hablar.

BOMBERO: Bien eso es bueno, si me permites debo retirarme y ver como va mi unidad, solo vine a ver que estuvieras bien.

ALEXANDER: Claro, pero me podrías decir tu nombre, para saber quien me a salvado.

BOMBERO: Manuel y no te preocupes es mi trabajo, claro que es mejor cuando se rescatan chicos tan lindos como tu.- Le guiño un ojo.

ALEXANDER: Un gusto Manuel.-contesto un muyy sonrojado Alexander.

MANUEL: Bueno ahora si me retiro, esperemos no volver a vernos de este modo te parece?.- Contesto sonriendo

ALEXANDER: Claro, yo emm... no se podrías aceptar una invitación como agradecimiento?

MANUEL: Vaya, nunca me había pasado eso pero claro dime cuando paso por ti y donde?

Quedaron de acuerdo y se dieron sus números de teléfono por si algo sucedía de improvisto.