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Dinero, poder, joyas, ropa de marca, es el sueño de muchas personas; la mayoría viven su vida trabajando para obtener una vida cómoda, llena de lujos, sin darse cuenta que no tienen ese tiempo para disfrutar lo que tienen por el excesivo trabajo, pero alguna vez te has preguntado: ¿Cómo sería tu vida sin todo lo que tienes? ¿Tendrías los mismos amigos? ¿Las personas cercanas a ti te valorarán de la misma manera?
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Es otro día más de mi vida, me levanto de mi enorme y lujosa cama, voy a tomar el desayuno que los cocineros prepararon, veo el sol brillar en el cielo, es un buen día para salir a la piscina a broncearme junto a mi amiga Chelsea, me coloco mi biquini y un sombrero para no dañar mi cabello rojizo.
—Niña tonta— le grita Chelsea a una joven que podría tener nuestra edad. La completa extraña ni siquiera se altero por las palabras de mi amiga.
—Este viejo no tiene límites, trae a sus amantes a la casa mientras mamá está de viaje— escupí.
—Tranquila Andy, no creas que tu madre se encuentra sola— comentó tomando su celular —. Es hora de las fotos
Almorcé y decidí pasar el resto de la tarde husmeando en las r************* , no trabajo porque mi madre tiene mucho dinero, estudié algunos idiomas y materias interesantes, en la mayoría mi madre me inscribió, pero le perdí el sentido con el tiempo y hace algunos años deje la universidad; mi hermano mayor se hizo cargo de los negocios hace dos años así que no lo veo mucho, la casa se volvió aburrida desde que él se mantiene en el trabajo, en especial con mi viejo y horroroso padrastro trayendo a sus mujerzuelas aquí mientras mi madre viaja por el mundo escapando de todo esto. Terminé el día agotada de no hacer nada, hoy no es día de fiesta y mi novio Nicolás me habló para decirme que se iba a cenar con su familia.
*
Llega un nuevo día y no tengo idea de para que me levantó, bajó las escaleras y veo a otra mujer en la cocina muy diferente a la chica de ayer en la piscina.
Sale mi padrastro y la sostiene en sus brazos, al instante que su mirada cruza con la mía notando mi presencia.
—hola hija ya despertaste— me saluda con la chica en sus brazos.
—Ya te dije que no soy tu hija, ¿sabes cuándo vendrá mamá?— Pregunté molesta.
—No lo sé, hija, pero avísame— se despidió.
Este hombre me tiene harta y mamá no se divorcia por temor a la noticia en los periódicos, él puede hacer lo que quiere sin salir de está inmensa casa, mi teléfono sonó y lo tomé para leer el mensaje en la pantalla.
Chelsea:
¡Lista para la fiesta!
Yo:
¡Claro que sí! ¿A qué hora?
Chelsea:
Pasó por ti a las nueve.
Al menos puedo distraerme esta noche, subí a mi habitación viendo mi teléfono sin querer salir a ver a este viejo con sus mujerzuelas hasta que casi llega la hora que me indicó Chelse así que me arregló y bajo para irme a la fiesta.
—Vamos a gozar— dice Chelsea al subirme al carro y solamente hago un movimiento de cabeza a los lados negando su actitud.
Llegamos a un club, está lleno de luces rojas, azules y verdes, con cortinas rojas alrededor, es un sitio exclusivo y privado así que no hay muchas personas, nos sentamos en una mesa, pedimos bebidas, al poco tiempo un chico apuesto con su amigo se acercó a Chelsea y a mí.
—Podemos invitar a las señoritas.
—Mejor invítame a bailar— coquetea Chelsea tocándole el hombro, ella es atrevida y goza con cualquier chico.
—Por supuesto, hermosa— sonríe y se la lleva a bailar.
—¿Y tú también quieres bailar?— Pregunta su amigo.
—Lo siento, tengo novio— respondí intentando hablar sobre la música.
—Pero él no está aquí, verdad— comentó intentando ser coqueto.
—No bailaré contigo— intenté no ser tan hostil, la paciencia no es lo mío.
— Vamos cariño es solo un baile— insistió y me moleste.
— Largo— dije con autoridad y dándole una mirada fría, se vio como el chico se paralizó un momento y se fue.
Seguí bebiendo, mientras miré a Chelsea bailar con el chico guapo, decidí tomarme una foto y enviársela a Nicolás.
Yo:
No es lo mismo sin tí.
Envié el mensaje.
Nicolás:
yo también te extraño bebé.
Estoy un poco aburrida así que decido salir a bailar un poco, la noche terminó cuando tuve que llevarme el carro de Chelsea porque ella se iba a ir con el chico.
Amanecí con un dolor de cabeza por el desvelo, no había bebido demasiado, pero sí lo suficiente para darme una resaca, decidí quedarme en la cama otro poco, de todas formas no tenía mucho que hacer en la casa. Mi estómago comenzó a suplicar por comida así que bajé a la cocina esperando no encontrarme a nadie y con nadie me refiero a mi padrastro.
Odio está casa.
Me sorprendió ver a mi madre sobre el desayunador, tiene su cabello n***o suelto y trae ropa formal.
— Hola mamá— saludé.
Tenía hambre y le pediría a los cocineros algo, pero ver a mamá era extraño y quería hablar con ella, ojalá fuera recíproco.
—Hola hija— me sonrió
—¿Y cómo te fue?— Pregunté intentando conversar, pero ella sostenía muy atentamente su celular tecleando algo con gran habilidad.
—O ya sabes lo de siempre, feliz día amor— se despidió dándome un beso en la frente y retirándose.
Comí algo y busqué mi teléfono, le envié un mensaje a Nicolás pero no lo respondió, así que hablé con Chelsea para salir de compras y ella aceptó con rapidez.
*
—¿Me llevo el vestido azul o el rosa?— preguntó Chelsea viéndose al espejo.
—Llévate los 2— opine aburrida.
—¡Tienes razón!— Dijo haciéndole una señal a la chica de la tienda para que se los empacara —. No te encanta nuestra vida.
—Es un poco aburrida, ¿no lo crees?— Le dí un sorbo a mi bebida.
—¿Qué? Andy nuestra vida es la mejor y no tenemos que preocuparnos de nada, solo diviértete— habló levantándose.
—No lo sé, me gustaría hacer algo más— comenté haciendo una mueca. Hace algunos años que me mantenía en casa la mayor parte del tiempo y creo que comenzaba a aburrirme está rutina.
—No me digas que quieres tener hijos, porque aquí se acaba nuestra amistad, solo míralos, son pequeños demonios— escupió viendo a unos niños correr hacia sus padres.
—No me refiero a eso, además si tenemos hijos; tenemos tanto dinero que podemos contratar nanas— opine levantando las manos.
—Yo si los tengo, los enviaré a un internado hasta que cumplan 18, aunque ningún mocoso arruinara este cuerpo y mucho menos mi hermosa vida, en todo caso mejor me compro otro auto.
Yo preferiría una Isla, pero no le diría eso porque ella no tenía tanto dinero como mi familia y no creo que le caiga bien el comentario.
—Una limosna, por favor— escuchamos a un hombre cuando salíamos al estacionamiento del sótano.
—Aléjate de mí, mugriento— escupió Chelsea moviéndose lejos de un hombre sucio y con harapos.
—Sin efectivo— respondí.
—Ashhh… esa gente mugrienta me fastidia, ¿quién usa efectivo hoy en día?— Se desconcertó Chelsea pasándose las manos en el vestido.
Trate de ignorar la situación y observé al estacionamiento a buscar el auto, pero veo al frente un auto color azul muy conocido, me quedé paralizada porque yo conocía el auto dónde tantas veces me había subido a recorrer la ciudad, adentro esta una chica sobre el regazo de un chico con la espalda contra el timón y se nota que tienen besos intensos.
—¿Qué carajos?— Alce la voz caminando hacia el auto y Chelsea detrás de mí.
Cuando llegué al auto estrellé mis bolsas contra la ventana del conductor y como llevo alguna joyería se quebró el vidrio y los pedazos cayeron alrededor.
—¿Que carajos Nicolás?— le grite muy alterada ante la escena, la chica se bajó de su regazo tratando de limpiarse sin lastimarse con los vidrios.
—Andy… amor tranquila es una amiga— respondió Nicolás limpiándose.
—¿Cómo que una amiga, idiota?— Grite.
—Amiga, tranquilízate todos nos están viendo— interrumpió Chelsea
—Que me tranquilice, acaso no vez que este idiota se acuesta con esa mujer— señale.
—Tranquila cariño, ya te dije que solo es una amiga… tu eres mi novia— volvió a decir Nicolás
—¿Qué?— me desconcertó su respuesta
—Si amiga, por favor recoge tus cosas y vámonos, además tú sabes cómo es Nicolás.
Mi mente divago y los pensamientos se mezclaron con esos sentimientos de enojo, observé a los dos, sabiendo lo que significan las palabras de Chelsea, Nicolás me ha sido infiel por mucho tiempo, incluso con Chelsea que se supone es mi amiga.
—Estoy harta de todo esto… saben que… para mí todos están ¡muertos!— Grite y camine hacia mi auto furiosa,
Es verdad, estoy cansada de este asco de vida que llevo aquí, no quiero ser más está persona, así que solo pienso en alejarme y dejar todo esto atrás.
*
Hola soñadora, gracias por darle una oportunidad a mi novela y acompañarme en esta aventura con Andy. Esta es la segunda parte de la saga almas unidas.
La primera novela es ¿Casados? puedes encontrarla en mi perfil y de paso me sigues que me ayudas un montón jajajaja
No tiene ninguna relación con está novela, solamente que los personajes serán mencionados en alguna parte, así que puedes seguir leyendo la historia, desde ya gracias por tus comentarios, besos