Las flores de la dicordia

2178 Words

Entre su actitud de valerle una mierd@ lo que yo le decía y el hecho de que este lugar recibiera sus "obsequios" como si fuéramos parte de su juego, me desquiciaba. Con el portazo que hizo al encerrarse en su oficina y dejarme con las palabras en la boca, mis manos hicieron un puño que llevó a que parte de las flores se quebraran. —S-señor… —titubeó una de las empleadas—. Si desea, yo puedo encargarme de esas flo… Ni siquiera le presté atención e ingresé a su oficina, de la misma manera que ella invadía mi cabeza sin mi permiso. —¿Quiéres dejar de jugar? Estás malditas flores tienen tu nombre, así que no te hagas la desentendida. Este es un lugar para trabajar, no para recibir regalos estúpidos. —Pues lo mismo te digo —observándome, ella dejó unos documentos que traía en la mano, sobr

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