Capítulo 27

1276 Words
Samantha El sol apenas comenzaba a teñir de dorado el horizonte cuando me desperté, inquieta por las pesadillas agitadas que habían perturbado mi sueño. La fresca brisa de la mañana acariciaba mi piel mientras me dirigía hacia el centro de la ciudad, a la casa de la manada, donde Lucas estaba por dirigirse a los demás miembros del consejo. A pesar de las circunstancias, una dulce sensación de vida crecía dentro de mí, recordándome mi embarazo de tres semanas. Caminaba por los pasillos de la gran casa de la manada, sintiendo la madera antigua crujir suavemente bajo mis pasos. Los pasillos estaban decorados con tapices que narraban la historia de nuestra manada, cada hilo un recuerdo de victorias y pérdidas pasadas. A medida que me acercaba a la sala de reuniones, el murmullo de voces se hacía más claro. A pesar del peso de la situación, una sensación de pertenencia me llenaba; este era mi hogar, y estas personas, mi familia extendida. Lucas se paró con autoridad frente a los miembros del consejo reunidos en la sala, su mirada era una mezcla de preocupación y determinación. —Compañeros, —comenzó, su voz resonando con un tono grave, —esta mañana nos enfrentamos a una situación sin precedentes. Nuestra Luna, Octavia, ha desaparecido. Un murmullo de inquietud se extendió entre la manada. Sabía que para ellos, la Luna era más que una líder; era un símbolo de unidad y fortaleza. Mi corazón se apretó al pensar en mi hermana, vagando por algún lugar desconocido, posiblemente en peligro. —Creemos que ha salido en busca de Orión, —continuó Lucas, mencionando a mi hermano y Alfa, cuyo reciente secuestro había dejado un vacío en todos nosotros. —Ella no está sola; ha ido con un prisionero reciente, alguien que podría tener información sobre la ubicación de Orión. Me abracé, sintiendo una mezcla de miedo y esperanza. Octavia era fuerte, pero la idea de ella enfrentando peligros desconocidos era aterradora. —Además, —añadió Lucas, capturando de nuevo la atención de todos, —hemos recibido noticias de los otros Alfas deben estar al tanto de la situación y venir en busca de respuestas... o más. La noticia cayó como una piedra en el estanque de mis pensamientos. La llegada de los Alfas podría significar ayuda o complicaciones, dependiendo de sus intenciones. Observé a Lucas, cuya postura firme reflejaba su determinación de protegernos, pero sus ojos revelaban la misma inquietud que sentía yo. Mientras Lucas terminaba de hablar, saqué cuidadosamente tres cartas de mi bolsillo, sintiendo el peso de cada una de ellas en mis manos. Eran más que simples pedazos de papel; eran símbolos de esperanza. Con una mirada a Lucas, que asintió sutilmente, di un paso adelante. —Además de las noticias que Lucas ha compartido, —comencé, mi voz firme a pesar de la inquietud interna, —tengo en mi poder confirmaciones de la llegada de tres de los Alfas mañana: Alfa Declan, Alfa Kael y Alfa Zane. Levanté las cartas para que todos en la sala las vieran. El consejo intercambió miradas, un destello de esperanza cruzando sus rostros. —¿Y los demás? —preguntó uno de los miembros del consejo, una loba mayor con ojos sabios. —Alfa Braxton, Alfa Havoc, Alfa Einar, Alfa Adrián y Alfa Seth llegarán al día siguiente, —respondí. —Si bien todos ellos son leales a nuestro Alfa Orión, está en nosotros convencerlos de ayudarnos en la búsqueda. Si uno de ellos decide dar a Orión por muerto, tendríamos problemas diplomáticos, lo que nos llevaría a votar un nuevo Alfa principal. Por el momento, Beta Lucas está a cargo. Un murmullo de alivio recorrió la sala. La llegada de los Alfas leales a Orión significaba que no estábamos solos en esta lucha. Lucas se acercó a mi lado, su presencia era reconfortante. —Esto es una buena noticia, —dijo Lucas, dirigiéndose al consejo. —La lealtad de estos Alfas a Orión es incuestionable. Su apoyo será crucial en la búsqueda tanto de Orión como de Octavia. Ninguno de ellos dará por muerto a Orión hasta que no lo encontremos. —¿Cómo podemos estar seguros de su lealtad? ¿Y si esto es una trampa? —preguntó otro consejero, su voz teñida de precaución. Lucas respondió con calma: —Conocemos a estos Alfas personalmente, y su lealtad a Orión ha sido probada en varias ocasiones, hasta antes de que él asumiera como Alfa de nuestra manada. No tienen motivos para traicionarnos. Además, esta es una oportunidad para unir nuestras fuerzas y recursos. Asentí en acuerdo con Lucas. —Cada uno de estos Alfas controla un territorio clave y tiene recursos que pueden ser vitales en nuestra búsqueda. Su presencia aquí es un gesto de solidaridad y fuerza. El consejo asintió, parecían tranquilizados por nuestras palabras. Había una sensación de unidad en la sala, una determinación colectiva de hacer todo lo posible para encontrar a Octavia y Orión. —Entonces, debemos prepararnos para su llegada y planificar nuestra estrategia, —dijo Lucas, concluyendo la reunión. —Cada momento cuenta. Mientras los miembros del consejo comenzaban a dispersarse, me quedé a un lado, contemplando las cartas en mis manos. Después de que el último de los consejeros saliera de la sala, Lucas se acercó a mí. Con un movimiento suave y protector, me envolvió en sus brazos, ofreciéndome el calor de su cercanía. Su abrazo era un refugio seguro, un lugar donde podía dejar de ser fuerte por un momento. Inclinó su cabeza y depositó un beso tierno en mi cabello. —Gracias, Sam, —susurró con gratitud. —Tu apoyo hoy con el consejo... significa mucho para mí. Apoyé mi cabeza en su pecho, dejando que su presencia calmara la tormenta de emociones en mi interior. —Siempre estaré a tu lado, Lucas. Juntos, enfrentaremos lo que venga. Sentí cómo su abrazo se apretaba ligeramente, un gesto silencioso de agradecimiento y amor. —Y yo a tu lado, —dijo suavemente. —Sé lo mucho que extrañas a Octavia. Es duro para todos nosotros. Las palabras desataron en mí un torrente de emociones. Octavia, su hermana que había estado perdida para ellos durante tanto tiempo, ahora se había ido nuevamente, pero por su propia voluntad. El dolor y la preocupación por ella eran un nudo constante en mi corazón. —La extraño también, —confesó Lucas, su voz revelando una vulnerabilidad que rara vez mostraba. —A pesar de todo lo que ha pasado, ella es mi hermana. Y apenas estábamos empezando a conocernos de verdad. Su confesión me recordó la compleja red de relaciones y emociones entrelazadas en nuestra manada. Lucas y Octavia habían sido separados por circunstancias más allá de su control, y solo recientemente habían comenzado a reparar su relación. La idea de que ella creyera que habíamos sido abandonadas por nuestras propias familia era una herida que todavía estaba fresca para ambas. —La encontraremos, Lucas, —dije con firmeza, creyendo en cada palabra. —Y cuando lo hagamos, ustedes tendrán la oportunidad de construir esa relación que se les negó durante tanto tiempo. Lucas se apartó ligeramente para mirarme a los ojos, sus ojos azules reflejaban tanto la determinación como el amor. —Contigo a mi lado, creo que podemos enfrentar cualquier cosa. Nos quedamos abrazados durante unos momentos más, encontrando consuelo y fuerza en la presencia del otro. Luego, con un suspiro, nos separamos, sabiendo que había mucho por hacer. La llegada de los Alfas y la búsqueda de Octavia y Orión requerían nuestra atención y acción. Juntos, salimos de la sala de reuniones, listos para enfrentar los desafíos que nos esperaban.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD