Su aspecto era muy diferente al que solía recordar en mi cabeza, no era el Cristóbal altivo, elegante y reluciente de siempre, su barba se notaba que era de varios días por no decir que de semanas, las ojeras lo hacían parecer un tierno oso panda, bueno en realidad un tierno oso panda en su versión Zombie, su cuerpo en general ya no se veía tan…tan grande como solía ser, pero inclusive verlo así hizo que mi mundo se pusiera nuevamente de cabeza, por dentro obviamente, porque por fuera la mirada que le di era fría y distante. -Buen día Cristóbal. -Katerina, buenos días. -Katerinaaaaaaaa, tiempo sin verte, qué alegría que hayas aceptado venir a…ayudarnos. -Sale Martín muy efusivo y me abraza. - -Hola Martín, ¿Cómo está? -Bien, pero sigue, sigue, algunas cosas se deben resolver y se que